La maldición del 90, 60, 90
El mundo de la moda siempre ha estado regido por unos cánones de belleza muy estrictos y concretos. Todos hemos escuchado la típica frase de “90, 60, 90”, ni una talla más ni un centímetro menos. Si el objetivo de las pasarelas de moda es que veamos las nuevas tendencias y las compremos, ¿cómo vamos a sentirnos identificadas con un modelo único de mujer? Lo único que crea en mí ver pasarelas de moda es sentirme mal conmigo misma por no tener ese cuerpo que “debería”. Sería mucho más efectivo que todas las modelos fuesen distintas. De todos los tonos de piel, alturas, pesos, edades, tallas y na...
El mundo de la moda siempre ha estado regido por unos cánones de belleza muy estrictos y concretos. Todos hemos escuchado la típica frase de “90, 60, 90”, ni una talla más ni un centímetro menos. Si el objetivo de las pasarelas de moda es que veamos las nuevas tendencias y las compremos, ¿cómo vamos a sentirnos identificadas con un modelo único de mujer? Lo único que crea en mí ver pasarelas de moda es sentirme mal conmigo misma por no tener ese cuerpo que “debería”. Sería mucho más efectivo que todas las modelos fuesen distintas. De todos los tonos de piel, alturas, pesos, edades, tallas y nacionalidades del mundo. En lugar de crear inseguridad en las mujeres, las marcas de moda deberían mostrar que se puede estar guapa con cualquier tipo de cuerpo. El modelo único de mujer bella no tiene futuro, todas somos bellas y queremos moda que nos haga sentir así.— Alexandra Gibert Roca. Barcelona.