Ascot se pone (más) duro con la vestimenta

La organización de esta famosa cita social y deportiva ha añadido este año el escote 'off-the-shoulder' a la lista de atuendos “no apropiados” para las mujeres

Además de ser una competición hípica con más de 300 años de historia y millones de libras en premios, las carreras de Ascot son célebres por los llamativos sombreros —que se mueven entre lo fabuloso y lo inenarrable— que se dan cita en este hipódromo ubicado a unos diez kilómetros del castillo de Windsor. De cabeza para abajo, el código de vestimenta para asistir al evento social por excelencia de la temporada británica también obedece a unas reglas estrictas y, este año, son aún más rígidas que el anterior.
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Además de ser una competición hípica con más de 300 años de historia y millones de libras en premios, las carreras de Ascot son célebres por los llamativos sombreros —que se mueven entre lo fabuloso y lo inenarrable— que se dan cita en este hipódromo ubicado a unos diez kilómetros del castillo de Windsor. De cabeza para abajo, el código de vestimenta para asistir al evento social por excelencia de la temporada británica también obedece a unas reglas estrictas y, este año, son aún más rígidas que el anterior.

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Así, las mujeres que sigan la competición –que se celebrará entre el 19 y el 23 de junio– desde el llamado Recinto Real (donde se sienta la reina Isabel y al que se accede solo por invitación) ya no podrán llevar una de las grandes tendencias del pasado verano: el escote off-the-shoulder o Bardot. Esta es una de las novedades que acaba de comunicar la organización de Royal Ascot para que el público sepa a qué atenerse en cuestión de indumentaria. Desde 2012, también publican una serie de imágenes, similares a un editorial de moda de una revista, con distintos looks como base de inspiración para acudir al evento.

Juliet Slot, directora comercial del hipódromo de Ascot, considera que la moda es parte fundamental de la experiencia: “Destacados profesionales del sector nos ayudan a comisariar los looks cada temporada. Trabajar con el estilista Damien Foxe y con los grandes almacenes de lujo Fenwick nos permite estar a la vanguardia a la hora de predecir tendencias clave en la ropa para ocasiones especiales”. De los cuatro recintos del hipódromo, el Real es el que impone el código de vestuario más riguroso y específico. El de las mujeres afecta a los hombros y el escote —está prohibido el escote halter, a un hombro o el palabra de honor, y los tirantes espagueti, invisibles o de menos de 2,5 centímetros de ancho—. También, al largo de faldas y vestidos (deben llegar justo por encima de la rodilla o más abajo); a las transparencias (solo se permiten en detalles sutiles) y, por supuesto, a los sombreros: no son apropiados los tocados que no tengan una base sólida de 10 centímetros de diámetro como mínimo. Desde el año pasado, se consideran aceptables los monos, pero solo si la pernera llega hasta el tobillo. En el caso de trajes, la etiqueta dicta que ambas piezas deben ser del mismo color y estampado. Mostrar el abdomen también es anatema.

"Aunque sigue siendo tradicional, el código de vestuario está en permanente evolución", asegura Slot. Los vestidos continúan siendo los protagonistas, pero los trajes pantalón y los monos son una opción no solo aceptable, sino también muy elegante para los recintos Real y Reina Ana”. Sobre el escote off-the-shoulder, uno de los favoritos de la reina Letizia o Michelle Obama, Slot insiste en que no es suficientemente solemne para esta cita. “Los vestidos off-the-shoulder son admisibles en looks de noche y de gala, pero no creemos que sean adecuados para una ocasión formal diurna como Royal Ascot”.

Recomendación de estilismo para acudir a las carreras de Ascot.

Las normas que afectan a los hombres tienen menos letra pequeña (básicamente, deben vestir chaqué negro o gris con chaleco y corbata, sombrero de copa sin adornos y zapatos negros), pero este año han considerado necesaria una puntualización: a quien ose presentarse sin calcetines le pueden denegar el acceso. Para ambos sexos, el protocolo se relaja un poco en el resto de recintos, pero siempre debe imperar un estilo formal con tocado o sombrero (una costumbre que se remonta a los tiempos en los no se consideraba respetuoso tener la cabeza descubierta delante del monarca).

Hay quien podría pensar que, en plena cuarta ola feminista, códigos de vestimenta como el de Ascot, que imponen a las mujeres cuántos centímetros de piel pueden enseñar, están, cuando menos, anticuados. No comparte esa opinión Sasha Sarokin, directora de compras de la boutique online de ropa recatada The Modist: “Hay un elemento muy importante de elegancia y sofisticación asociado a eventos históricos como Royal Ascot. Creo que momentos así no tratan necesariamente de crear un punto de vista político”. Said Cyrus, director creativo de Catherine Walker & Co. —la que fue la firma fetiche de Diana de Gales y que viste a multitud de clientas para Ascot— está de acuerdo: “En todos los acontecimientos de la temporada de verano, desde las carreras de caballos a Wimbledon o [la Real Regata de] Henley y, por supuesto, las bodas, hay un respeto subyacente por la ocasión que se refleja en lo que vistes. Creo que a quienes atienden a esos eventos les agrada que se mantenga cierta formalidad”.

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