Cartas al director

La esencia de las chirigotas

Es cierto que en ocasiones hay chirigotas del carnaval de Cádiz que pueden caer en el mal gusto. Pero no es su esencia. Hay literatura de mal gusto, de baja estofa y vacía. Pero no es la esencia de la literatura. Hirientes, siempre. Esa sí es su esencia: el animus iocandi.

El carnaval de Cádiz ha sido a lo largo de su historia un desafío contra la censura. Le da voz al pueblo para que se exprese libremente. Reyes, papas, políticos, futbolistas, cantantes y cualquier celebridad se expone al dardo venenoso de la copla. Es la catarsis. Pero resulta desafortunado generaliz...

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Es cierto que en ocasiones hay chirigotas del carnaval de Cádiz que pueden caer en el mal gusto. Pero no es su esencia. Hay literatura de mal gusto, de baja estofa y vacía. Pero no es la esencia de la literatura. Hirientes, siempre. Esa sí es su esencia: el animus iocandi.

El carnaval de Cádiz ha sido a lo largo de su historia un desafío contra la censura. Le da voz al pueblo para que se exprese libremente. Reyes, papas, políticos, futbolistas, cantantes y cualquier celebridad se expone al dardo venenoso de la copla. Es la catarsis. Pero resulta desafortunado generalizar. No es nada habitual que Cádiz premie el mal gusto.— Juan Luis Álvarez. Cádiz.

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