Esteban González Pons: “España tiene razones suficientes para solicitar a la OTAN protección ante los ataques con noticias falsas”

El vicepresidente del Grupo Popular en el Parlamento Europeo analiza para EL PAÍS las consecuencias de la injerencia rusa en la crisis catalana

David Alandete, director adjunto de EL PAÍS, y el eurodiputado del PP, Esteban González Pons, durante la entrevista en el Parlamento Europeo.
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Bruselas se ha convertido en un lugar central para la política española no sólo por la huida a esa ciudad del expresidente catalán Carles Puigdemont, sino también por las actividades de redes prorrusas que, alentando al separatismo con noticias falsas, pretenden que el proyecto común europeo, cuyo epicentro está en esa ciudad, se desmorone. Fue en Bruselas donde primero se advirtió esa injerencia en Cataluña, después de su parte en crisis como la del Brexit. Y es en Bruselas, un lugar hasta hace poco alejado de a los focos políticos españoles, donde un grupo de eurodiputados españoles trabaja frenéticamente para desmentir bulos y exageraciones y explicar cómo en España el Estado ha preservado el marco constitucional en Cataluña. Uno de los más activos es Esteban González Pons (Valencia, 1964) vicepresidente del grupo del Partido Popular Europeo, que recibe a EL PAÍS al inicio de otra ajetreada jornada de reuniones y comisiones.

Pregunta. ¿Ha detectado un incremento de la información falsa relacionada con la crisis catalana?

Respuesta. En Europa impresionaron las imágenes del 1 de octubre. Nada más. La opinión europea las vio con la misma alarma que las vimos nosotros, porque a nadie le gustó ver aquellas imágenes. La opinión pública europea no ha tratado el tema de posibles presos políticos en España, no ha tratado el tema del exilio, ni siquiera le ha dedicado una línea a la posibilidad de que Puigdemont sea un refugiado. Todo el mundo tiene claro que España es una democracia consolidada, que el Estado de derecho en España funciona. Y no ha habido ninguna duda a ese respecto. El debate de los presos políticos es un debate catalán que no ha pasado los Pirineos.

P. ¿Ha habido noticias falsas publicadas y difundidas por medios extranjeros, sobre todo radicados en Rusia?

R. La preparación de las noticias falsas fue anterior al referéndum. En el referéndum lo que hubo fue una eclosión. Es entonces cuando se produce una reacción, no solo del Gobierno de España, sino también de los medios de comunicación españoles a favor de la verdad. Y, hoy en día, creo que no hay medio respetable en Europa que admita una noticia falsa proveniente de Cataluña. Digamos que a las noticias que provienen de Cataluña los medios serios de Europa le pasan ahora mismo un control de calidad, porque no sería la primera, ni la segunda, ni la tercera vez que la Generalitat de Cataluña, o el entorno independentista les da gato por liebre a los medios internacionales.

P. Cataluña no ha sido el único ámbito en el que estos medios han difundido noticias falsas. Hemos visto el mismo nivel de actividad en el Brexit, en las elecciones alemanas... ¿Le preocupa que dentro de un tiempo esta maquinaria de injerencias de desinformación pueda centrarse en España, pero en otros ámbitos, como unas elecciones generales?

R. La Comisión, bajo la supervisión de Federica Mogherini en el área de relaciones internacionales, tiene un departamento dedicado exclusivamente a seguir las noticias falsas que provienen, entre otros lugares del mundo, de Rusia. Y dentro de esa unidad, hay gente trabajando específicamente en las noticias falsas en relación con Cataluña. La primera detección que tiene documentada es de 2016. Y tiene que ver con una noticia falsa que se hizo circular a través de los medios de comunicación rusos según la cual Cataluña iba a reconocer la independencia de la república de Crimea. A partir de ahí, hemos leído en medios rusos, y visto distribuir por las redes, noticias como que en Cataluña el español se enseñará como lengua extranjera o la entrevista con algún eurodiputado independentista que afirmaba abiertamente que en Cataluña el Ejército estaba dañando a la población civil.

P. Uno de los problemas es que ese departamento no tiene una financiación específica. ¿Se va a solucionar ese problema?

R. Se va a hacer un esfuerzo para dotarlo de más fondos como ocurre con el departamento similar que tiene la OTAN, que tampoco recibe un flujo de fondos suficiente para el trabajo que hace. Pero no estamos hablando de una preocupación de futuro. Hay que recordar cómo las redes rusas influyeron en el Brexit. Hay que recordar que la financiación del partido de Marine Le Pen, en Francia, proviene íntegramente de bancos rusos, cómo en las elecciones presidenciales francesas se produjo un filtrado masivo de correo electrónico de Emmanuel Macron a solo unos días de las elecciones, o como en Holanda, por desconfianza hacia la posible injerencia de redes rusas, el recuento de las últimas elecciones generales se hizo manualmente y se evitó el recuento electrónico. Hay que estar muy atentos. Lo que ha ocurrido con Cataluña y las noticias falsas provenientes de redes rusas no son una excepción en Europa y no tiene por qué ser el último ataque que la democracia española sufra.

P. Este centro está afiliado a la OTAN, pero no depende del Comando Central. Recibe aportaciones individuales de países como Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, ¿Sería una buena idea que España se uniera a él para protegerse de esta maquinaria de desinformación?

R. Sí. Pienso que España tiene hoy razones suficientes como para adherirse a este centro de la OTAN y solicitar o esperar que la OTAN nos proteja también de este tipo de ataques como está protegiendo ya a otras democracias consolidadas en Occidente.

P. ¿Qué interés puede tener Rusia en que Cataluña se independice de España?

R. Ninguno. Lo que tiene interés Rusia es en desestabilizar la UE. La UE es el principal competidor de Rusia, de la Rusia de Putin, no de los rusos, de Putin y del Gobierno de Putin, no solo en lo económico, principalmente en lo ideológico, principalmente en lo moral. Somos el espejo que refleja un mundo diferente del que Putin quiere construir. Por eso, allá donde la UE está sufriendo, es donde las redes que se dedican a desestabilizar democracias actúan. No es que tenga mayor interés en la independencia catalana, solo es que la independencia catalana rompe la UE

P. ¿Alienta también entonces Rusia la eurofobia, es decir, la idea de que Europa, la UE, que Bruselas es un sitio decadente, burocrático, en el que nada funciona, en el que todo está bloqueado?

R. Sin ninguna duda, las extremas derechas y las extremas izquierdas de Europa tienden a desinformar sobre lo que la UE representa. Hay muchas críticas muy justificadas a lo que en Bruselas se hace bien y a lo que no se hace tan bien. Pero la crítica destructiva, que lo que busca es separar a los ciudadanos de la única vía política que pude salvarnos en el futuro, que es la unidad de los europeos, esa proviene de quienes son enemigos de Europa. Y hay enemigos de Europa dentro y fuera de la UE. Hay que pensar que la UE es una isla democrática en el mundo, que estamos rodeados por Rusia, por Turquía, que tenemos en el oeste el Brexit, y que, más allá, EE UU está gobernado por Donald Trump. Y el gran competidor de todos se llama China. Hoy, la UE es una excepción de cultura democrática en el planeta. Todo lo que sea permitir que se diluya, que se destruya, es aceptar nuestra derrota.

P. ¿Ves este trabajo a favor de la desintegración de la UE en funcionamiento también dentro del Parlamento Europeo?

R. Hay diputados prorrusos que representan a minorías rusas, por ejemplo, en las antiguas repúblicas bálticas. Pero no hablaría tanto de intereses rusos como de connivencia de aquellos que en la extrema derecha, en la extrema izquierda, quieren destruir Europa, con otras potencias no europeas a las que también les gustaría que la UE fracasase como proyecto. Llama la atención, por ejemplo, como cada vez que se ha producido un debate sobre el independentismo catalán, quienes aplauden y alientan el debate son los grupos de Farage, de Le Pen y, los independentistas flamencos, por un lado, y por el otro lado, los grupos de extrema izquierda, los grupos prorrusos, los grupos excomunistas.

P. El prestigioso think tank Antlantic Council ha publicado un estudio que detecta cierta actividad a favor del punto de vista prorruso en el grupo de Podemos, no solo aquí en Europa, sino también en España. Y llegan a llamarle caballo de Troya. ¿Crees que puede haber cierta actividad a favor de los intereses del Kremlin por parte de diputados de Podemos?

R. No me consta. Lo que puedo decir es que Rusia está demasiado lejos físicamente de España como para que en España seamos realmente conscientes de la amenaza que representa. Cuando tú intentas explicar en nuestro país que en las repúblicas bálticas temen una inminente invasión rusa, la gente cree que no estás hablando en serio. Aunque después añadas que nosotros tenemos cazas de combate desplegados en las repúblicas bálticas para ayudarles a defender su espacio aéreo de los rusos, la gente cree que no hablas en serio. Pero es la pura verdad. Es el problema que tenemos por estar en una organización tan grande y tan dispar, tan alejada en unos puntos de otros, como es la UE. Los países del norte no sienten como una amenaza la inmigración económica que los países del sur sí ven. En cambio, los países del sur no ven como una amenaza Rusia, y sí lo es. Pero Rusia no va a invadir Europa con tanques. Rusia, si puede, hará que la UE fracase como proyecto. Y para ello, la mejor arma que tiene es la desinformación y la crisis que estamos viviendo del valor de la verdad en los medios de comunicación.

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