Miedos

Cuando la implacable vuelta a la normalidad suavice la sensación de vulnerabilidad, nos quedará el temor como recelo

Se ha hablado mucho de miedo en los últimos días. En concreto, de un tipo de miedo. El que está asociado a la angustia por un daño real o imaginario, según su definición en la Real Academia Española. Las calles de Barcelona se llenaron hace unos días de gente reivindicando la ausencia de ese miedo, en un grito de rabia que invocaba la fortaleza colectiva, la resistencia frente a la sensación de vulnerabilidad que el terrorismo inocula en la sociedad.

La angustia que un ataque terrorista genera en la población tiene que ver con un sentimiento profundamente humano, el de la integridad fís...

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Se ha hablado mucho de miedo en los últimos días. En concreto, de un tipo de miedo. El que está asociado a la angustia por un daño real o imaginario, según su definición en la Real Academia Española. Las calles de Barcelona se llenaron hace unos días de gente reivindicando la ausencia de ese miedo, en un grito de rabia que invocaba la fortaleza colectiva, la resistencia frente a la sensación de vulnerabilidad que el terrorismo inocula en la sociedad.

La angustia que un ataque terrorista genera en la población tiene que ver con un sentimiento profundamente humano, el de la integridad física y la supervivencia. La necesidad de protección puede conducir al aislamiento o a una mayor predisposición a hacer concesiones en aras de la seguridad. En algunos casos el precio ha sido el estrechamiento de la libertad, como muestra la política antiterrorista en Reino Unido o Estados Unidos.

Eso nos lleva a una segunda acepción de miedo algo distinta a la primera. Miedo también significa recelo ante el hecho de que suceda algo contrario a lo que uno desea. Este tipo de miedo invita a la reacción ante aquello que nos desagrada. Es un miedo con capacidad de activarnos porque no se asienta sobre un sentimiento de vulnerabilidad o de angustia, sino sobre el de la oposición y el rechazo.

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Este miedo no emerge sobre el daño psicológico que causa el terrorismo, sino sobre el análisis de sus causas y sobre las soluciones que se proponen para combatirlo. Es el miedo a que se instrumentalice el terrorismo para hacer política. Miedo frente a quienes pretendan alzarse con soluciones sencillas, inmediatas y absolutas; recelo frente a las contradicciones entre querer construir un mundo más seguro y mantener el negocio de la venta de armas. Temor ante el auge del discurso xenófobo o ante la falta de progreso en el diálogo y la coordinación policial entre países, imprescindibles para avanzar en la lucha contra el terrorismo.

Cuando la implacable vuelta a la normalidad suavice la sensación de vulnerabilidad, nos quedará el miedo como recelo, que invita a una visión crítica sobre cómo explicamos y combatimos el terrorismo. @sandraleon_

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