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Así no, así sí: horrores y aciertos de los futbolistas durante sus vacaciones

Nunca antes los jugadores han transmitido su veraneo tan al detalle. Milagro de Instagram. Estos son los regalos estéticos que nos han ofrecido

En esta imagen de Diego Costa (izquierda) no podemos ser blandurrios: aquí está todo mal. La corbata le llega por encima del ombligo. Detalle que sería suficiente para echar por tierra la instantánea de Diego Costa (28 años, Brasil) y, sin embargo, la cosa aún va a más. La camisa blanca, además de que estaría mejor planchada y dentro del pantalón, está a punto de estrangular al futbolista. Y la corbata desanudada, ¡con el último botón de la camisa bien cerrado! No, no y no. Costa parece el novio al que los colegas zarandean, animados por la barra libre, después de la boda.
Es tal la falta de congruencia en la imagen de Cristiano Ronaldo (32 años, Portugal) que al final termina haciendo gracia. El futbolista elige el pasillo de un hotel para posar en calzoncillos de su marca (CR7) con los brazos en jarras. Le acompaña una cara de circunstancias y una bandeja de comida que ha decidido que donde mejor está en mitad del suelo del pasillo.
Es complicado dar con una imagen más bizarra que esta que publicó en su Instagram el centrocampista del Chelsea, Cesc Fàbregas (Barcelona, 1987). También es difícil saber dónde centrar la mirada. ¿En su gorra empujando hacia atrás la frente de su mujer, la modelo libanesa Daniella Semaan?, ¿en la bata de encaje de esta o en su bikini plateado? Pero lo que realmente se lleva la palma es el bañador del futbolista: una arriesgada prenda, una talla o dos más pequeña, que no le permite tener ni medio pensamiento impuro. Incluso el capitán de su equipo, John Terry, comenta en la fotografía: "Gran foto, aunque no sé qué pensar de los 'shorts".Instagram
Hay que reconocer el buen gusto del portero del Oporto. La fotografía es tan bonita, y no solo por lo idílico del paraje, que da rabia (a todos nos gustaría estar ahí). Hasta el cielo estaba para sacar un caballete y ponerse a pintar un cuadro. Por sacar una falta diremos que el color de la mesa y las sillas no es el que más nos gusta. Porque el atuendo de Iker Casillas (36 años, Móstoles) es intachable de la cabeza a los pies.
Mezclar copas de champán, gafas de espejo, crestas y rapados, tatuajes y cadenas en un balcón acristalado con vistas a una cala paradisíaca raya el mal gusto. Aunque el aguerrido jugador de Bayern de Munich, Arturo Vidal (30 años, Chile) -que está en el centro en la imagen-, no lo crea, es posible disfrutar del verano sin emular a los personajes de la serie de 'Narcos'.
Su piel tiene el mismo tono que la espuma de las olas que aparecen detrás de él, su bañador está arrugado y llevar la tabla atada al pie tampoco favorece. Y precisamente por eso, al lateral del Real Madrid solo podemos aplaudirle. En plena dictadura de Instagram, Dani Carvajal (25 años, Leganés) se ha atrevido a subir por voluntad propia una foto donde no sale perfecto.
Mucho no debe querer a su hermano el nuevo jugador del Real Madrid, de 20 años, si se presenta así en su boda. No es una cuestión de normas (y menos si hablamos de bodas en la era del 'food truck'), sino de adecuarte al entorno. Si el novio va con traje de tres piezas (derecha), tú, cuanto menos, decídete: o traje o chándal. Toma una decisión. No vayas de presentador de 'Caiga quien Caiga' por arriba y de persona normal un martes a mediodía de cintura para abajo. Y que conste que estamos más en contra del 'look' presentador de 'Caiga quien caiga' que del otro.
Depende del momento del día en el que observemos esta imagen o nos encanta o nos espanta. A favor: al contrario de lo que ocurre con un gran número de futbolistas cuando se retiran, Figo (44 años, Portugal) mantiene un físico atlético que poco tiene que envidiar al de un jugador en activo. Ni un gramo de grasa (cuéntanos tu dieta, Luis). Además, posa junto a su hija Daniela, de 19 años, sin pretensiones. Porque no le hacen falta, porque da gusto verlos a los dos. En contra: el torso completamente depilado. Hace tiempo que quedó claro que no es necesario esquilarse para demostrar que te preocupas por tu aspecto.
La línea que separa la sencillez del mal gusto es muy fina. Como prueba, esta imagen del jugador del Barça (30 años, Argentina). Posar tomando un mate en la calidez del hogar está bien, pero hacerlo con un termo estampado de fotografías familiares es indefendible. Otra vez será, genio.
No es raro encontrarse con fotografías donde el estilismo del jugador brasileño (que ha fichado por el PSG), de 34 años, da la nota. Sin embargo, no es el caso de esta imagen veraniega. Aquí todo está en su sitio y nada desentona. La chaqueta, los pantalones, la gorra y las zapatillas negras junto con la camiseta blanca convierten este 'look' en uno de los más comedidos y acertados que ha llevado el brasileño. Tanto que puede permitirse posar sacando la lengua y haciéndose el guay.
Tatuarse el escudo de tu equipo demuestra una entrega que solo podemos aplaudir. El problema aquí es que al jugador del Atlético de Madrid, de 22 años, parece que el tatuaje se lo ha dibujado su sobrino de 5 años. Pero hay más cosas que están mal. Desconocemos si hubo un tiempo en el que las huellas de animales fueron consideradas un adorno de buen gusto, lo que es seguro es que 2017 no es el año para lucirlas tatuadas en el brazo. Por lo demás, sentimiento rojiblanco a tope, Saúl.
Sus recién estrenadas greñas azules avalan su estilo travieso desmarcándole de las tendencias que siguen muchos futbolistas. Mientras la mayoría de sus congéneres parecen aspirantes a narcotraficantes, Griezmann (26 años, Francia) tira por otro camino y da la sensación de que en cualquier momento podría formar su propia banda de punk. Vamos, que podría pasar por el cantante de Green Day de los noventa.
En el cuerpo del defensa del Real Madrid no hay lugar para un tatuaje más y esa gorra no tiene sentido una vez que ha bajado el sol. Pero lo que realmente chirría en esta foto es ver a Sergio Ramos (31 años, Sevilla) comerse el sol que se está poniendo. Hacer que sujetas la Torre de Pisa como buen turista tiene un pase, jugar a que vas a merendarte un astro, no. En su defensa hay que destacar la naturalidad del futbolista, que ha pasado de posar marcando abdominales con una copa de champán en la mano para mostrar su lado más campechano. Por algo se empieza...
Mantenerse fiel a los orígenes es un acierto seguro. Cuando lo que se estila son los yates, las piscinas en lo alto de rascacielos y las botellas de champán, Andrés Iniesta (33 años, Albacete) prefiere veranear en su pueblo, Fuentealbilla, con los colegas de siempre. Eso y hacerse 'selfies' como se hacían antes, sin esos palos ortopédicos, sacando el brazo estirado que sostiene la cámara. Olé por Iniesta.
En la piscina del futbolista colombiano, de 26 años, hay más plástico que agua. Y más dorado que azul. La intención del colombiano es buena (entretener a su hija), pero se le ha ido la mano con las dimensiones del flotador cisne, que ya amenaza con acabar fuera de la piscina. En otro orden de cosas, observar la postura de James nos da dolor de cervicales.
Álvaro Morata (24 años, Madrid) no arriesga y tampoco falla. Desde el concepto de la fotografía, una imagen tierna junto a su pareja Alice Capello (se han casado hace un mes), hasta su sonrisa, su pelo perfectamente despeinado, sus abdominales y su bañador. Si en vez de abrazar a Capello sus manos sostuvieran una coca cola, esta sería una imagen de anuncio.
El gorro y el bañador de Neymar (25 años, Brasil) a juego nos desconciertan a la vez que nos recuerdan al atuendo de un bebé jugando en la arena de la playa. Al futbolista solo le faltan los manguitos y estar untado de crema blanca factor 50+. Se ve que a su madre, a la izquierda, le perdieron la maleta y acabó con lo único que tenía por casa encima. Con la mala suerte de que las chaquetas de ganchillo no combinan los bañadores semitransparentes y floreados, ni con los cinturones de maxi hebillas. Este es un despropósito estético por partida doble.