Cartas al director

Adiós a Juan Goytisolo

En los años setenta charlábamos sobre Juan Goytisolo en las cafeterías de la ciudad universitaria de Madrid. Comentábamos su posición crítica con la dictadura. Hablábamos de sus obras: Juegos de manos, Duelo en el paraíso, El circo... Cómo en Reivindicación del conde Don Julián ridiculiza la sumisión política y todo lo que favorece el estatismo. En El circo mostraba una realidad que se convierte en pesadilla. Pesadilla ha sido leer ciertos artículos en los periódicos, escritos por los envidiosos de siempre. Aquellos que no han alcanzado la categoría de escritores sac...

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En los años setenta charlábamos sobre Juan Goytisolo en las cafeterías de la ciudad universitaria de Madrid. Comentábamos su posición crítica con la dictadura. Hablábamos de sus obras: Juegos de manos, Duelo en el paraíso, El circo... Cómo en Reivindicación del conde Don Julián ridiculiza la sumisión política y todo lo que favorece el estatismo. En El circo mostraba una realidad que se convierte en pesadilla. Pesadilla ha sido leer ciertos artículos en los periódicos, escritos por los envidiosos de siempre. Aquellos que no han alcanzado la categoría de escritores sacan su odio ante el premio Cervantes. Han querido descalificar a Juan Goytisolo para de ese modo arrastrarle hacia la sensación de inferioridad que poseen. Eso es lo único que tienen y por ello insultan. Juan Goytisolo no solo es un gran novelista, es una gran persona. “Es un hombre ético, que no abandona a la gente a su suerte”; lo entrecomillo porque no son mis palabras, aunque también son mis sentimientos. Son palabras del sociólogo antifranquista Ignacio Fernández de Castro, que conoció y fue amigo de quien es premio Cervantes cuando ambos estaban exiliados en París.— María Obregón Gómez. Santander (Cantabria).

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