Columna

Tormenta transatlántica

El 'Brexit' más la ignorancia e incompetencia de Trump aumentan la confusión global

Donald Trump durante una reunión en la sala Roosvelt de la Casa BlancaEvan Vucci (AP)

Una profunda tormenta se abate sobre el mundo transatlántico, sobre el orden mundial liberal, multilateral, reglado, construido tras la derrota del nazismo. Un estado de confusión sobre dónde está el poder. Incierto torbellino provocado por la deriva del mundo anglosajón hacia un pasado imposible de nacionalismo y aislacionismo. Saltan las costuras de la UE cuando cumple 60 años mientras el Reino Unido abandona Europa en un viaje a lo desconocido. El foco apunta estos días al desamarre británico. Desde una Europa desnortada, pero que aún encarna el mejor mundo posible, debemos atender también ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Otros artículos del autor

Una profunda tormenta se abate sobre el mundo transatlántico, sobre el orden mundial liberal, multilateral, reglado, construido tras la derrota del nazismo. Un estado de confusión sobre dónde está el poder. Incierto torbellino provocado por la deriva del mundo anglosajón hacia un pasado imposible de nacionalismo y aislacionismo. Saltan las costuras de la UE cuando cumple 60 años mientras el Reino Unido abandona Europa en un viaje a lo desconocido. El foco apunta estos días al desamarre británico. Desde una Europa desnortada, pero que aún encarna el mejor mundo posible, debemos atender también los acontecimientos que proyecta desde Estados Unidos la presidencia de Donald Trump. Poco más de 60 días después de su llegada a la Casa Blanca nos creemos vacunados contra la conducción estrafalaria de Trump, pensando que se trata solo del arranque furioso de un novicio político. Error de juicio. El temor inicial se consolida: la caricatura se convierte en la realidad. En tres escenarios.

Ignorancia. Trump demuele las políticas de Obama destinadas a combatir el cambio climático. Reglas verdes que en su opinión dañan el desarrollo económico. Cree que la responsabilidad de la humanidad en el calentamiento global es un engaño de China para destruir a la industria de EE UU. Desregulación de la producción de carbón apoyando a las energías sucias. Lleva la contraria al consenso científico, repudia de hecho los Acuerdos de París para reducir las emisiones que provocan el efecto invernadero, y nombra al frente de la EPA, la agencia de protección ambiental, a un negacionista del cambio climático, al tiempo que reduce su presupuesto en un 30 %. El presidente pone en riesgo el planeta, afirma en un editorial el New York Times. Y regala a China el liderazgo en la lucha contra el cambio climático y las energías limpias.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO
El presidente no sabe que no sabe. Acabaremos añorando a Reagan que, al menos, sabía que no sabía

Incompetencia. Trump cosecha un humillante fracaso en el Congreso, por primera vez en 11 años controlado en sus dos cámaras por el Partido Republicano, al tener que retirar su ley de reforma sanitaria que revocaría el Obamacare. No controla a su propio partido, no busca aliados, solo sabe ganar aplastando al contrario, su mito de que es un artista de los acuerdos se desmorona. La conclusión que saca Trump del descalabro legislativo es que “nadie sabía que la reforma sanitaria podía ser tan complicada".

Mentira. ¿Imagina alguien al director del FBI, bajo juramento ante un comité del Congreso, anunciando una investigación formal a un presidente de EE UU en ejercicio por supuesta connivencia con Rusia para la interferencia de Putin en la elección presidencial? ¿Y llamándole mentiroso porque Trump afirmó, sin prueba alguna, que Obama había ordenado su espionaje electrónico durante la campaña electoral? El presidente ha construido una realidad virtual de hipérboles verídicas, realidades alternativas que triunfan en el mundo de la posverdad. La intuición de Trump es el hilo conductor de una presidencia manejada desde el Ala Oeste de la Casa Blanca con una mezcla de ignorancia, incompetencia y falsedad. El resultado es el dislate. El presidente no sabe que no sabe. Acabaremos añorando a Reagan que, al menos, sabía que no sabía.

Archivado En