Bee Shaffer y Francesco Carrozzini, una boda con sello ‘Vogue’

Los hijos de Anna Wintour y Franca Sozzani, las dos míticas directoras de la revista y amigas durante 30 años, se casan

Bee Shaffer y Francesco Carrozzini, en una cena en Nueva York el pasado mes de febrero.Patrick McMullan (getty images)

Lo anunció la revista People el pasado martes: Bee Shaffer, la hija de Anna Wintour, y Francesco Carrozzini, el hijo de Franca Sozzani, van a casarse. Su relación se conoce desde octubre del año pasado, cuando Shaffer, de 29 años, asistió a un pase en Nueva York del documental que Carrozzini, de 34, ha dirigido sobre su m...

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Lo anunció la revista People el pasado martes: Bee Shaffer, la hija de Anna Wintour, y Francesco Carrozzini, el hijo de Franca Sozzani, van a casarse. Su relación se conoce desde octubre del año pasado, cuando Shaffer, de 29 años, asistió a un pase en Nueva York del documental que Carrozzini, de 34, ha dirigido sobre su madre: Franca: Chaos and Creation. Madre e hijo lo presentaron juntos durante el último festival de cine de Venecia; la italiana, enferma ya entonces de cáncer de pulmón, falleció el pasado 22 de diciembre en Milán. Desde otoño, los novios han sido vistos juntos en varias ocasiones, pero ninguno de los dos ha confirmado aún públicamente el compromiso. La pista más solvente la dio Selby Drummond, directora de complementos de Vogue y mejor amiga de Shaffer, al retratarla en su cuenta de Instagram Stories con un revelador anillo en la mano izquierda.

Bee Shaffer, en la foto del Instagram Stories de Selby Drummond en la que deja ver su anillo.

Carrozzini es fotógrafo y cineasta, y vive a caballo entre Nueva York y Los Ángeles. Además del citado documental, ha dirigido videoclips para Beyoncé, Lenny Kravitz, Nicki Minaj o su expareja, Lana del Rey, ha trabajado en publicidad y ha publicado sus fotos en revistas como Vanity Fair, The New Yorker o L’Uomo Vogue. Esta temporada, además, se ha situado al otro lado de la cámara para protagonizar la nueva campaña de Tod’s. Licenciada en Columbia y residente en Nueva York, Shaffer no ha seguido la tradición familiar en el mundo editorial (su abuelo, Charles Wintour, fue un prestigioso periodista británico y su tío, Patrick Wintour, es editor en The Guardian), aunque trabaja en la industria del entretenimiento como productora en el programa Late Night with Seth Meyers. Previamente se le atribuyó una relación con el reportero Ben Lyons.

Aunque su noviazgo sea reciente, se da por hecho que Shaffer y Carrozzini se conocen desde hace mucho tiempo, dados los 30 años de amistad que compartieron sus respectivas madres. Wintour y Sozzani se convirtieron en directoras de Vogue en 1988; la primera sigue al frente de la edición estadounidense de la revista, y Sozzani hizo lo propio con la italiana hasta su muerte. Se habla a menudo del poder y la influencia de Wintour en la industria de la moda, pero Sozzani no le fue a la zaga: se convirtió en una incansable agitadora de conciencias que, con Vogue Italia como plataforma, abordó temas de interés social como la cirugía estética, la violencia doméstica o la falta de diversidad racial en memorables editoriales de moda.

El padre de Carrozzini, ya fallecido, fue un ejecutivo de publicidad definido por The New York Times como una figura distante. Rodando el documental, el cineasta descubrió que su padre aún estaba casado con otra mujer cuando él nació. Wintour está divorciada del padre de Bee, el psiquiatra infantil David Shaffer, desde 1999. Con él tuvo otro hijo, Charles, que trabaja en el campo de la medicina y que se casó en 2014 en la mansión de Wintour en Long Island con Elizabeth Cordry, ejecutiva en la web de e-commerce Jet.com. Desde su divorcio, la editora es pareja del magnate tejano Shelby Bryan, una relación que también hizo correr ríos de tinta en la época.

Anna Wintour y Franca Sozzani, en un desfile de Versace en Milán en 2015.cordon press

Aún no hay datos sobre cuándo o dónde tendrá lugar la boda de Shaffer y Carrozzini. Y aunque a buen seguro su lista de invitados rivalizará con la alfombra roja de la gala del Met, en la unión de estas dos sagas subyace algo mucho más emotivo que adivinar qué diseñador vestirá a la novia. En la carta de despedida que Wintour le dedicó a Sozzani, la editora reveló el juramento que le hizo a su amiga cuando la visitó por última vez antes de su muerte: “Llevaba un pequeño reloj que Franca me había regalado, y le prometí, como celebración de nuestra amistad, que se lo regalaría a Francesco si alguna vez era bendecido con una hija”. Tal vez la futura nieta de Franca sea también la suya.

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