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La lucha de los mentawai para conservar su cultura

La modernización ha provocado cambios en una minoría étnica de Indonesia. De su mundo no queda más que una minúscula comunidad tribal en la isla de Siberut

"Quiero conservar mi tierra y mi papel de sikerei. No quiero practicar otras ceremonias ni participar en otras actividades que vayan en contra de mis creencias. Eso no lo quiero. Quiero estar vivo aquí y no vivir en silencio sin la cultura ni la forma de vida mentawai. Quiero seguir siendo un sikerei para siempre", dice Aman Masit Dere.Tariq Zaidi
Cocinado o crudo, el gusano del sagú, conocido como tamra (larva del picudo rojo) proporciona una magnífica fuente de energía a los miembros de la tribu de los mentawai, incluso más que la miel. Cuando se come crudo, su sabor y su textura son cremosos, y cuando se fríe, sabe dulce. En la foto, el sikerei Aman Masit Dere sostiene un tamra en una hoja.Tariq Zaidi
Los sikerei (chamanes) mentawai tienen una estrecha conexión con el mundo de los espíritus. A través de ella y de su profundo conocimiento de los remedios naturales, pueden proteger a su pueblo de la enfermedad y la muerte. Los sikerei son los médicos de la comunidad. En la foto, el sikerei Aman Ipae.Tariq Zaidi
"¿Cómo podríamos sobrevivir y prosperar aquí sin nuestra cultura? No para de llegar gente de fuera con su cultura propia, pero nosotros ya tenemos la nuestra. Como no nos han enseñado a estar orgullosos de ella, nos encontramos desconcertados. Nos preguntamos si pertenecemos a esta cultura o si debería parecernos más a la otra. La mayoría acaba siendo una cosa intermedia, sin saber a dónde pertenece. Acabamos como una cometa sin nadie que maneje el hilo", cuenta Esmat Wandra Sakulok, director del programa Suki Mentawai.Tariq Zaidi
Cuando, en una cacería, atrapan un jabalí, un mono o un ciervo, los mentawai tienen buen cuidado de invocar a los espíritus y pedir su bendición antes de sacrificarlo o prepararlo para comer. Después, los cráneos de los animales se cuelgan dentro de la uma (la casa del clan), ya que los mentawai creen que sus espíritus protegerán a quienes están en su interior. Esta foto se hizo dentro de la uma de Aman Masit Dere.Tariq Zaidi
"Preparamos sagú, taro y agua limpia; cultivamos los huertos; cocinamos; criamos y protegemos a los niños. Aquí las mujeres tenemos mucho trabajo", asegura Bai Masit Dere.Tariq Zaidi
Fumar y compartir el tabaco se considera una parte muy importante de la vida social de los mentawai. Como no han recibido apenas educación sobre los riesgos que comporta, no es raro ver a los niños participar también en esta actividad.Tariq Zaidi
"Nuestros sistemas están cambiando. Si llevo un cerdo a la ciudad portuaria para intercambiarlo por tabaco o queroseno, no se lo van a quedar. En lugar de eso, tengo que encontrar a alguien de otro pueblo que me dé dinero a cambio del cerdo, de manera que luego pueda intercambiarlo por esas cosas", dice Aman Ipae.Tariq Zaidi
La casa del clan de los mentawai, conocida como uma, es el centro de la actividad cultural, ritual y ceremonial. Estas viviendas se construyen artesanalmente en la selva para poder acoger hasta a 60 personas al mismo tiempo, y, a pesar de que en su interior solo hay dos tabiques divisorios, parece que funcionan increíblemente bien. La fotografía está hecha en la uma de Aman Lepon, en Buttui.Tariq Zaidi
Los mentawai practican una antigua costumbre titi que consiste en grabar en el cuerpo un denso motivo de líneas simétricas dando pequeños golpecitos con instrumentos cortantes de madera, y luego tiznarlas utilizando el jugo de la caña de azúcar como pigmento. Los motivos titi de los hombres son claramente distintos de los de las mujeres, aunque también hay diferencias entre ellos dependiendo de la zona geográfica del clan. En la foto, de izquierda a derecha, los sikerei Aman Masit Dere, Aman Ipae y Aman Lappe.Tariq Zaidi
En la cultura mentawai, los niños son particularmente importantes. Los miembros de esta tribu creen que casi cualquier recurso o figura vital para su existencia les fue entregada por el espíritu de un niño. Esta creencia se refleja con claridad en la manera de criar a los niños mentawai y cuidar de ellos. En la foto, Aman Jiji (si Kacau) con su hija Aris.Tariq Zaidi
"Perdí a dos hijos después de nacer, pero sé que sus espíritus están a salvo. Además, tengo otros siete que criar. Somos felices", explica Bai Alangi Kunen.Tariq Zaidi
La ropa de tela dura muy poco en el ambiente húmedo de la selva de Siberut. En su lugar, los metawai consiguen confeccionar atuendos extremadamente resistentes utilizando la corteza del "baiko". En la foto, Aman Ipae golpea un trozo de "baiko" para hacerlo suave y manejable.Tariq Zaidi
Para los mentawai, todas las personas son iguales. Según los sikerei, las jerarquías no existen porque todos forman parte de la misma cultura y, por lo tanto, los mismos tabúes son válidos para todo el mundo. En la foto, el sikerei Aman Alangi Kunen en la selva de Siberut.Tariq Zaidi
"Si estuviésemos en un gran poblado (una ciudad), ¿quién nos iba a ayudar? Aquí, en Mentawai, sabemos que, si nos quedamos sin nada, los demás compartirán con nosotros y seguiremos sobreviviendo como lo hemos hecho siempre. Nosotros nos ayudamos los unos a los otros", dice Bai Lappe Kerei.Tariq Zaidi
Antes de que se introdujesen los motores, los mentawai se desplazaban arriba y abajo del río en canoa, utilizando un trozo de bambú llamado gagalau para impulsarse y gobernar la embarcación.Tariq Zaidi