Cartas al director

Delirio judicial

El delirio judicial en el que estamos inmersos es de tal magnitud que si muchos ciudadanos diéramos rienda suelta a nuestro sentimiento y lo expresáramos sin ambages, con toda probabilidad recibiríamos como castigo una pena considerablemente superior a la de los últimos ilustres encausados.— Juan Fernández Sánchez.



Soy abogado en ejercicio desde hace más de un cuarto de siglo y me parece aberrante todo lo que se está diciendo sobre la libertad del señor Urdangarin. La decisión judicial es perfectamente asumible si, como es el caso, le queda un r...

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El delirio judicial en el que estamos inmersos es de tal magnitud que si muchos ciudadanos diéramos rienda suelta a nuestro sentimiento y lo expresáramos sin ambages, con toda probabilidad recibiríamos como castigo una pena considerablemente superior a la de los últimos ilustres encausados.— Juan Fernández Sánchez.

Soy abogado en ejercicio desde hace más de un cuarto de siglo y me parece aberrante todo lo que se está diciendo sobre la libertad del señor Urdangarin. La decisión judicial es perfectamente asumible si, como es el caso, le queda un recurso ante el Supremo y no hay riesgo de fuga. ¿Se imagina alguien lo que podría pasar si le decretan ahora prisión y luego es absuelto? Qué pena de casta política opinando de lo que no saben solo por hacer daño.— Fernando Pamos de la Hoz.

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Hace ahora un año la justicia española metió en la cárcel a dos titiriteros por decir cosas atroces, y no les valió ninguna fianza. A los cincos días los sacaron pero les obligaron a fichar a diario en un juzgado. En cambio, Urdangarin y Torres, ni cárcel ni fianza y a fichar una vez al mes. A ver, ¿la justicia española los ha condenado a seis y ocho años de cárcel respectivamente, o a estar libres en Suiza? Estoy atento a Rato y Blesa.— Jaime de Nepas.

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