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El colapso de un sistema de salud tras 700 días de guerra

El conflicto en Taiz, Yemen, no se respeta la protección de civiles, hospitales y trabajadores sanitarios, y la atención médica vital es cada vez más inaccesible

El equipo médico de MSF en el hospital Al Nasr en la provincia de Al Dhale, al sur de Yemen, proporciona asistencia médica a un paciente en el hospital de urgencias. Lo que ocurre en Taiz es solo una muestra de la situación general del país: los yemeníes son víctimas de las consecuencias directas e indirectas de esta guerra mortal y destructiva, el acceso a atención médica asequible está gravemente comprometido y, tras casi dos años de guerra, la ayuda médica y humanitaria sigue sin poder cubrir las necesidades más básicas de la población.Mohammed Sanabani/MSF
Los servicios públicos escasean en Taiz desde el bloqueo de los hutíes en agosto de 2015. Durante cinco meses MSF no pudo llevar ayuda médica en el área sitiada. En la imagen, desplazados internos desde el segundo piso de un edificio abandonado del distrito de Al Huban.Malak Shaher/MSF
Una niña y su madre con la enfermera de MSF en el hospital materno infantil de Al Huban. La madre tuvo que esperar un día para llevar a su hija al hospital. Los combates estaban activos y era peligroso salir. En 2016, los equipos del centro médico infantil y en los servicios de maternidad apoyados por MSF en Taiz asistieron más de 5.300 partos, realizaron más de 31.900 consultas prenatales y admitieron a más de 2.500 niños con desnutrición severa en sus programas de alimentación terapéutica.Malak Shaher/MSF
La doctora de urgencias de MSF revisa a un niño que tiene dificultad para respirar. El hospital materno infantil de MSF tiene 100 camas para obstetricia, ginecología y pediatría. Desde su apertura, el hospital recibe al menos 300 mujeres y niños cada día.Malak Shaher/MSF
Una familia de 10 miembros desplazados de sus hogares vive en un edificio abandonado cubierto con lonas de plástico en el distrito de Al Huban en Taiz.. La ciudad de Taiz está dividida por las líneas de combate y, desde hace casi dos años, sus habitantes viven con miedo y soportan un sufrimiento constante.Mohammed Sanabani/MSF
Seis familias desplazadas comparten un edificio abandonado en el distrito de Al Huban. El conflicto en Taiz se prolonga y recrudece: no se respeta la protección de los civiles, los hospitales y los trabajadores sanitarios, y la atención médica vital es cada vez más inaccesible.Mohammed Sanabani/MSF
Una mujer desplazada vive en un tienda en el distrito de Al Huban en Taiz.. A ambos lados de la línea de frente, la población es víctima de bombardeos, ataques aéreos, minas terrestres y disparos de francotiradores. En sus asentamientos, a menudo viven con sistemas de higiene inadecuados y sin objetos vitales, como mantas o materiales de cocina.Mohammed Sanabani/MSF
Seham Ali, de 15 años, en el piso de un edificio abandonado. Ha vivido aquí con su familia en los últimos 20 meses, desplazados por los combates en el centro de Taiz. En marzo de 2015, desde que se intensificó el conflicto, la gobernación de Taiz ha sido testigo de algunos de los enfrentamientos más intensos y prolongados. Obligados a huir de sus hogares, muchos viven en asentamientos improvisados y edificios abandonados.Trygve Thorson/MSF