Editorial

Humillación socialista

La elección como presidente del Parlamento Europeo del italiano Antonio Tajani supone una humillación en toda regla de los socialistas europeos.

El nuevo presidente del Parlamento Europeo Antonio Tajani recibe felicitaciones de miembros de su grupo.PATRICK SEEGER (EFE)

La elección como presidente del Parlamento Europeo del italiano Antonio Tajani supone una humillación en toda regla de los socialistas europeos. Primero, porque si como dicen, existía un acuerdo con los populares para la continuidad de los socialistas en la presidencia durante los cinco años de la legislatura, no lo han conseguido hacer valer. Y si no había tal pacto, como dicen los populares, sino solo unas buenas intenciones sin formalizar, peor.

Pero incluso más grave que el hecho de que esta derrota deje las tres principales instituciones de la UE (Comisión, Consejo y Parlamento) en...

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La elección como presidente del Parlamento Europeo del italiano Antonio Tajani supone una humillación en toda regla de los socialistas europeos. Primero, porque si como dicen, existía un acuerdo con los populares para la continuidad de los socialistas en la presidencia durante los cinco años de la legislatura, no lo han conseguido hacer valer. Y si no había tal pacto, como dicen los populares, sino solo unas buenas intenciones sin formalizar, peor.

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Pero incluso más grave que el hecho de que esta derrota deje las tres principales instituciones de la UE (Comisión, Consejo y Parlamento) en manos de presidentes pertenecientes al Partido Popular Europeo es que los populares hayan despreciado de una manera tan evidente a los que desde las elecciones europeas de 2014 han sido sus principales aliados en el Parlamento Europeo y, de forma aún más importante, valedores del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

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En estos últimos años, los socialistas europeos apenas han logrado hacer girar a la Comisión Europea hacia la izquierda, especialmente en los asuntos relacionados con la estabilidad presupuestaria, los estímulos fiscales o la política social. Y han sido enormemente generosos con el presidente Juncker, al que han amparado políticamente a pesar de su gris desempeño en temas como el Plan Juncker de inversiones y los excesos fiscales de las multinacionales (en el que el propio Juncker, como vimos en los Luxleaks, estuvo personalmente implicado cuando era primer ministro luxemburgués). Que a cambio de todos estos servicios los populares se permitan el lujo de ningunear a los socialistas y dejar que Tajani salga elegido prometiendo a los euroescépticos “menos Europa” confirma la humillación sufrida por los socialistas. Lógicamente, estos deben considerar ahora hasta qué punto y cambio de qué van a seguir concediendo su apoyo a unos socios populares tan ventajistas y desleales.

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