Stand up

Por fin, Donald Trump ha conseguido un enemigo a su nivel. No es la Yihad. Ni es Obama. Tampoco es China. Es un show cómico.

Alec Baldwin como Donald Trump.

Por fin, Donald Trump ha conseguido un enemigo a su nivel. No es la Yihad. Ni es Obama. Tampoco es China. Es un show cómico.

Sí. El que esta semana será ya presidente de los Estados Unidos se ha tomado la molestia de reaccionar en Twitter contra la imitación que le hizo Alec Baldwin en el programa de humor Saturday Night Live. Con su elegante prosa habitual, el empresario sentenció que el show "es lo peor de NBC. Sin gracia. El reparto es terrible. Una chapuza siempre ¡Qué mala televisión!".

Las dotes artísticas del presidente no se limitan al estilo literario: en lo tea...

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Por fin, Donald Trump ha conseguido un enemigo a su nivel. No es la Yihad. Ni es Obama. Tampoco es China. Es un show cómico.

Sí. El que esta semana será ya presidente de los Estados Unidos se ha tomado la molestia de reaccionar en Twitter contra la imitación que le hizo Alec Baldwin en el programa de humor Saturday Night Live. Con su elegante prosa habitual, el empresario sentenció que el show "es lo peor de NBC. Sin gracia. El reparto es terrible. Una chapuza siempre ¡Qué mala televisión!".

Las dotes artísticas del presidente no se limitan al estilo literario: en lo teatral, hay que reconocer que se esmera en superar a su parodia. El espectáculo de Baldwin se burlaba de la conferencia de prensa de Trump, la primera que ha concedido en casi medio año. Con su tuit, el aludido confirma que: 1) Le preocupan más los programas de humor que los problemas políticos, 2) Le cuesta meditar en más de 140 caracteres, 3) Prefiere medios de comunicación donde nadie pueda responderle en directo. Bien mirado, lo único sorprendente de la parodia es que el original tenga tan poca gracia.

Menos gracia tiene la insistencia de Trump en atacar a medios de comunicación. No contento con desacreditar a BuzzFeed, CNN o The New York Times, ha llegado a despotricar contra Vanity Fair por criticar a uno de sus restaurantes. Ahora se ensaña con un programa de humor. Trump, el productor ejecutivo de la posverdad, quiere todo el escenario para sí mismo, y dispara contra cualquier visión del mundo diferente, aunque sea un chiste. Y todavía no es el hombre más poderoso del mundo.

Este viernes, en su toma de posesión, asistiremos al estreno de un larguísimo stand up comedy. Pero no nos reiremos mucho, me temo.

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