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28 perfumes masculinos históricos para regalar esta Navidad

La selección definitiva de fragancias para toda clase de hombres

Por qué hay que conocerlo. Porque es un clásico de la perfumería cotidiana, un agua de colonia ligera y elegante que sigue estando disponible en frasco grande y a un precio razonable. A qué huele. A pesar de su nombre, Spanish Leather huele más a España (a limón, a geranio, a rosa) que a cuero. Es un agua de colonia, así que impera la ligereza y se puede aplicar en cantidades generosas sin temor a apestar. Quién la firma. La firma londinense Geo F. Trumper. Precio. 43,45 euros, Eau de Cologne 50 ml (pero si la compra en Reino Unido puede hacerse con un recambio de medio litro, en botella de plástico, por 49 libras).
Por qué hay que conocerlo. Porque probarla es saber cómo olía la gente elegante que acudió al estreno de 'Peter Pan' (1904). Su nombre viene de la costumbre de rociar con perfume los pañuelos masculinos. Hasta hace unos años estaba descatalogada y sólo se producía por encargo para un puñado de clientes selectos (uno de ellos, el rey Juan Carlos I). Hoy vuelve a estar disponible. Y es un viaje en el tiempo. A qué huele. A como debía oler el mundo antes de dos Guerras Mundiales, la deforestación del Amazonas y la 'animalización' de la perfumería. A cítricos, notas verdes y tranquilidad. Quién la firma. Jacques Guerlain para Guerlain. Precio. 107 euros (100 ml).
Por qué hay que conocerlo. Porque es la decana de la perfumería española, una fragancia centenaria unisex que sigue siendo extraordinariamente asequible (y que conserva la calidad de siempre). A qué huele. Las colonias, debido a su baja concentración de perfume, son por definición ligeras, frescas y efímeras. Nuestros abuelos las usaban a modo de producto de aseo, bañándose literalmente en ellas. Álvarez Gómez añade a la tradicional mezcla floral una sobredosis de limón capaz de elevarnos al cielo de los cítricos. Quién la firma. Álvarez Gómez. Precio. 9 euros Eau de Cologne 80 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque este año cumple su primer siglo de vida. Y porque es la colonia perfecta. A qué huele. Acqua di Parma se desmarca de otras colonias más ortodoxas (4711, Álvarez Gómez) al incorporar una cierta suntuosidad en forma de materiales y notas más complejas de lo habitual. Hay notas florales y cítricas, sí, pero equilibradas de una forma muy elegante, sin sobresaltos. Quién la firma. El perfumista personal de Carlo Magnani, un aristócrata parmesano. Precio. 91,80 euros, Eau de Cologne 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque lleva figurando en los 'rankings' de los mejores perfumes de la historia desde su formulación, en una sastrería vienesa de los años veinte. Porque fue la primera fragancia masculina basada en el cuero. Porque supone una de las pocas oportunidades de conocer de primera mano el trabajo de François Coty, el Balzac de la perfumería contemporánea. A qué huele. A coche, a cuero, a un 'gin fizz' bebido con calma en un reservado inundado de jazz. El gran Gatsby debía oler así. Quién la firma. François Coty y Vincent Roubert para la sastrería Knize. Precio. Desde 15€, Eau de Toilette 15 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque no se parece a ninguna otra y porque cualquier día podrían descatalogarla y darnos un disgusto considerable. No lo decimos por decir; es la única fragancia masculina de los años treinta que sobrevive hoy en el catálogo de esta casa parisina, una especie de Guerlain 'indie'. A qué huele. A lavanda, a vainilla y a nada más. En una época en que las fragancias se componen a partir de cientos de notas, Caron Pour Un Homme se sitúa en una categoría aparte, sin rastro de especias, maderas ni notas animales. Es tan simple que asusta. Quién la firma. Ernest Daltroff para Caron. Precio. Desde 60 €, Eau de Toilette 75 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque es un clásico de las droguerías europeas, mucho más asequible que muchas de sus competidoras, y porque ya el hecho de que siga en el mercado bien merece una prueba. A qué huele. A bosque, a fougère y a notas verdes. A 'after shave'. A calma balsámica. Quién la firma. La perfumera italiana Visconti di Modrone. Ahora la produce la firma española Victor. Precio. 23,69, Eau de Cologne 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque fue la primera fragancia de una casa que, además de ser una institución de la artesanía francesa, también lo es en el terreno de la perfumería. Además, es una creación original de Edmond Roudnitska, el perfumista más importante del siglo XX. A qué huele. El punto de partida es un agua de colonia tradicional. Sin embargo, como siempre sucede con Hermès, el resultado sube la apuesta y aporta una dosis extra de materias primas de lujo. Aunque se inspiraba en las colonias masculinas, pronto se convirtió de facto en una de las primeras fragancias unisex de la historia. Huele a vestidor elegante de otra época. Es decir, precisamente a lo que echamos de menos en muchas fragancias de hoy. Quién la firma. Edmond Roudnitska para Hermès. Precio. 88 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque fue la primera fragancia masculina de la posguerra, y el equivalente masculino a Chanel Nº5, el perfume más famoso de todos los tiempos. Y porque, en el mundo platónico de las ideas, todas las fragancias para hombre huelen así. A qué huele. Técnicamente es una amalgama de notas verdes, maderas y cítricos, pero se puede simplificar diciendo que es la fragancia masculina clásica por excelencia. Huele a hombre tranquilo, elegante y (por supuesto) bien perfumado. Quién la firma. Henri Robert para Chanel. Precio. Puede hacerse con un Eau de Toilette de 100 ml por 92 euros, o vivir la experiencia de su vida en Eau de Parfum (75 ml) por 81 euros.
Por qué hay que conocerlo. El 'vetiver' es la nota olfativa masculina por excelencia, y el de Guerlain es el mejor 'vetiver' de la historia, el más puro y el que mejor revela la magia de este tipo de madera. A qué huele. A verde. El color de la etiqueta no es casual. A tierra mojada, a especias y a naturaleza. La obra maestra de Jean-Paul Guerlain es una fragancia cálida y astringente, sobria y brillante al mismo tiempo. Mayoritariamente diurna, casi matinal, hay que olerla y vestirla para comprobarlo. Hay cientos de fragancias de 'vetiver' por ahí, pero ninguna como esta, y muy pocas que se puedan utilizar durante años sin generar cansancio. Damos fe. Quién la firma. Jean-Paul Guerlain para Guerlain. Precio. 87 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Habit Rouge abrió en 1965 el camino a las fragancias masculinas orientales mediante una combinación narcótica y muy elegante de flor de azahar y opopanax (clase de resina exótica). Fue una idea genial que dio origen a la fragancia masculina más legendaria y popular de Guerlain, que retomó su idilio con la perfumería masculina tras años dedicándose exclusivamente a la femenina. A qué huele. Decir “oriental” no quiere decir “sofocante” ni “extravagante”, sino tierra, madera, especias y cuero. París, y todo lo que implica. Hoy, cuando las fragancias especiadas son la norma, resulta casi minimalista. Como leer a Flaubert en tiempos de 'Gran Hermano'. Quién la firma. Jean-Paul Guerlain para Guerlain. Precio. 94 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Eau Sauvage definió el paso de los sesenta a los setenta mediante una imagen, la de un caballero en toalla, inédita en una época en que ser elegante era sinónimo de llevar esmoquin. Si hubiera que elegir las cinco fragancias masculinas más importantes de la historia, Eau Sauvage estaría entre ellas. A qué huele. Edmond Roudnitska fue el mejor perfumista del siglo XX por resolver desafíos como éste: insertar notas florales (seña de identidad de Dior) en una fragancia masculina. Lo hizo gracias al hedione, una molécula que recuerda al jazmín. Y, de repente, oler a flores dejó de ser algo afeminado. Quién la firma. Edmond Roudnitska para Christian Dior. Precio. 93 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque es la aportación más importante de España a la historia de la perfumería masculina. Se convirtió en un hito global gracias a los turistas europeos que la compraban durante sus vacaciones levantinas y que se la llevaron como 'souvenir' de regreso a Alemania, Francia o Suiza. Pregúntele a cualquiera y se le escapará un suspiro de nostalgia. Punto extra para su frasco, obra de André Ricard, autor también de la antorcha olímpica de Barcelona ’92. A qué huele. A bosque mediterráneo. A lavanda, salvia, cítricos, pino, tomillo y maderas. A lo que han olido varias generaciones de españoles bien perfumados. Quién la firma. Marcel Carles y Rosendo Mateu para Puig Precio. 23,39 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque si hoy nadie se acuerda del diseñador Geoffrey Beene, pero sí de su fragancia masculina, por algo será. A qué huele. En su momento, Grey Flannel rompió esquemas al basar una fragancia masculina en una nota tan inesperada como la violeta. Sin embargo, no huele a caramelo, sino a notas verdes, hierbas y maderas. Y, cosa rarísima en un perfume de los setenta, no tiene ni rastro de almizcle. Póngasela y evoque la imagen de un caballero de antaño, bien peinado y afeitado, vestido con traje de paño. Nostalgia viejuna, o una lección de historia. Quién la firma. André Fromentin para Geoffrey Beene. Precio. 73 euros, Eau de Toilette 125 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque permite deducir por qué tan pocas fragancias de los setenta han sobrevivido hasta nuestros días. Yatagan se basa en el gran 'hit' de la época, las notas animales (almizcle y castóreo) empleadas con la misma intención con que las creó la naturaleza: aparearse. Hay pocas fragancias que huelan de un modo tan animal como Yatagan, y pocas que hayan sobrevivido más allá del cierre de clubes como Le Palace y Studio 54. A qué huele. El crítico de perfume del 'New York Times', Chandler Burr, lo definió como “el olor de la ropa interior de un hombre en agosto”, pero exagera un poco. Huele fuerte, a almizcle e incienso, pero en pequeñas dosis no plantea mayores problemas. Y tiene muchos fans, claro. Quién la firma. Vincent Marcello para Caron. Precio. Desde 70 euros, Eau de Toilette 75 ml.
Por qué hay que conocerlo. Los ochenta fueron años duros para la perfumería masculina. En medio de grandes campañas, la industria abusó de notas afrutadas y sintéticas que no han envejecido del todo bien. Kouros es una de las pocas que ha sobrevivido con dignidad. Hoy sigue resultando interesante y, sobre todo, fácil de llevar. Además, junto a Opium Pour Homme, es la única fragancia masculina histórica lanzada por el propio Yves que sigue a la venta sin apenas modificaciones. A qué huele. A masculinidad triunfante, que aquí significa frescura (bergamota, cilantro y artemisa), sensualidad (clavo y jazmín) y espíritu sexi (ámbar gris y musgo). Quién la firma. Pierre Bourdon para Yves Saint Laurent Beauté. Precio. 88,70 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque la mejor campaña publicitaria de la historia de la perfumería (obra de Jean Paul Goude) merece que nos acordemos de la fragancia que llevaba asociada, una joya de Jacques Polge que, utilizada con criterio, sigue resultando fascinante. A qué huele. Las mujeres del anuncio posiblemente estuvieron tan enfadadas con el protagonista masculino por disfrutar él solito de notas olfativas habitualmente femeninas: la rosa, el cilantro, la vainilla y el sándalo. Sobre el papel, Egoïste es andrógina, pero en la piel resume lo mejor de la perfumería masculina de los ochenta. Quién la firma. Jacques Polge (un respeto) para Chanel. Precio. 92 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Hay fragancias que se regalan, y fragancias que se compran para uno mismo, como esta. La primera masculina de Kenzo ha sido una adquisición habitual de millones de hombres en todo el mundo desde su lanzamiento, en 1991. Resume la esencia de las fragancias masculinas de los noventa: ligereza, espíritu deportivo, sensualidad amaderada y comodidad. Tan práctica y versátil como unos vaqueros, e igual de imitada. A qué huele. Kenzo es famoso por su predilección por las flores, y aquí hay algunas (jazmín, lirio, rosa), pero apenas se notan entre las notas marinas y amaderadas que conforman la fórmula. Quién la firma. Christian Mathieu para Kenzo. Precio. 81,99 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque, junto a Acqua di Giò, representa la culminación de las colonias masculinas acuáticas de los noventa. El diseñador conceptual Issey Miyake y su perfumista Jacques Cavallier dieron en el clavo con un 'eau de toilette' que es pura ligereza, pura levedad acuosa y puro minimalismo. No hay una fragancia más zen que esta. A qué huele. A yuzu (fruta cítrica asiática) y a maderas. A hierbas y cítricos, ozono y a transparencia. En resumen: a spa caro. Quién la firma. Jacques Cavallier para Issey Miyake. Precio. Desde 42 euros, Eau de Toilette 40 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque seguimos acordándonos de aquel "don’t imitate, innovate" con que conquistó a la generación X. Las fragancias de Hugo Boss suelen ser superventas, y este primer Hugo fue el regalo de reyes predilecto de millones de chavales que vivieron su adolescencia a finales de los noventa. Aunque hoy goza de menos protagonismo que Boss Bottled, sigue oliendo increíblemente bien e increíblemente joven, igual que joyas adolescentes como Ck One (el primer unisex) o Tommy Girl, aquella golosina masiva que el crítico Luca Turin consideró como "la obra maestra de la perfumería de los noventa". A qué huele. Cítricos, notas frutales y maderas convenientemente aderezadas con una dosis de energía adolescente. Quién la firma. Bob Aliano para Hugo Boss. Precio. Desde 56 euros, Eau de Toilette 75 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque, hasta la llegada de One Million, lideró las listas de ventas. Y porque, además de ser un bombazo comercial, es creativamente perfecta. A qué huele. El perfumista Francis Kurkdjian tenía 25 años cuando creó esta fragancia con la intención de evocar la rutina de aseo matutino de todo hombre. Combinó aromas de barbería (artemisa, lavanda, menta) con cítricos, especias y maderas. El efecto es interesante sobre el papel, pero deslumbrante sobre la piel, donde evoluciona con suavidad y genera algo que parece fácil pero es muy difícil: oler bien de forma continuada. Quién la firma. Francis Kurkdjian para Jean Paul Gaultier. Precio. 83,50 euros, Eau de Toilette 125 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque, aunque no hubiera firmado ninguna obra maestra más (y lleva unas cuantas), sólo por ésta ya Alberto Morillas tendría garantizado un sitio en la historia de la perfumería. Acqua di Gio es un ejemplo perfecto de lo que se denomina fragancia acuática, una paradoja (el agua no huele a nada) que, sin embargo, genera una sensación inmediata de frescura y limpieza. Salir de la ducha, pulverizar un poco de esta colonia y sentirse como Adán antes del pecado original. A qué huele. A limpio, a jabón, a barbería, a maderas y a cítricos. Quién la firma. Alberto Morillas para Giorgio Armani Beauty. Precio. 91 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Por la satisfacción que produce reconocerla al instante en cualquier situación. Es inconfundible, y todo un 'hit' de la perfumería nicho, que a mediados de los noventa revolucionó el mercado con fragancias basadas en notas olfativas unidireccionales y muy literales, casi minimalistas. A qué huele. A una higuera, con sus higos, su madera y sus hojas verdes. Concretamente, a una higuera situada al lado del camino en una isla griega. En verano. Lo dicen sus creadores, y es verdad. Y, por alguna extraña razón, es el olor más 'proustiano' del mundo. Probarlo es viajar al verano sin solución de continuidad. Quién la firma. Olivia Giacobetti para Diptyque. Precio. 92 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Como su nombre indica, es una fragancia basada esencialmente en el almizcle ('musk', en inglés), la secreción de una glándula que ciertos animalillos emplean para dejar su rastro (y atraer al sexo opuesto), y que es imprescindible en la perfumería del siglo XX. El de Kiehl’s es posiblemente el mejor almizcle (y el más fácil de llevar) de los que existen en el mercado. Es complejo, denso y aún así bonito y elegante. A qué huele. No espere nada soez, porque el almizcle (en su versión sintética) es la sustancia que perfuma habitualmente jabones, detergentes y productos de limpieza, así que esta 'eau de toilette' huele simplemente muy requetebién. Y es unisex. Quién la firma. La compañía neoyorquina Kiehl’s. Precio. 46 euros, Eau de Toilette 50 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque las fragancias de Comme des Garçons son una rareza en el mundo de la perfumería comercial y nunca generan indiferencia. Esta es un buen ejemplo. A qué huele. Así la describía el experto Luca Turin en 2008: “Ciertos aldehídos combinan un intenso olor a vela recién apagada con matices cítricos. El incienso, a su vez, también tiene un fondo cítrico y, aunque no huele a vela, evoca su recuerdo debido a que lo asociamos con las iglesias. Si unimos estos ingredientes, el resultado es una prodigio sinestésico complicadísimo”. Quién la firma. Mark Buxton para Comme des Garçons. Precio. 99 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque pertenece a uno de los episodios más decisivos de la perfumería reciente: los años durante los que el gurú Jean-Claude Ellena ha sido el perfumista de Hermès. Ellena ha firmado prodigios unisex como los Jardins, pero también una gran fragancia masculina, ésta. A qué huele. Ellena es famoso por evocar de forma muy vívida aromas concretos y reconocibles. Sus creaciones parecen simples en el primer instante, pero luego evolucionan de forma brillante. En este caso, es un homenaje a la tierra, con todos sus elementos: la vegetación, las notas minerales y la madera. Quién la firma. Jean-Claude Ellena para Hermès. Precio. 92 euros, Eau de Toilette 100 ml.
Por qué hay que conocerlo. Porque es la fragancia masculina más influyente (e imitada) de la última década. El superventas que ha desbancado al resto, y la fórmula que ha demostrado que los 'millennials' también compran perfume. Cuando en el futuro nos preguntemos a qué olía está época, habrá que acudir a One Million para saberlo. A qué huele. Hace treinta años, One Million hubiera sido catalogada como una fragancia femenina, pero los nuevos tiempos dictan que las notas amaderadas y especiadas pueden ser también la quintaesencia de la masculinidad. One Million tiene rosa, cuero, pachulí y canela. Se hace notar, igual que el frasco en forma de lingote de oro, todo un símbolo (premonitorio) de éxito. Quién la firma. Christophe Raynaud, Olivier Pescheux y Michel Girard para Paco Rabanne (Puig). Precio. 81,50 euros, Eau de Toilette 100 ml.