Titulares en la era de Internet

Quejas de algunos lectores por las portadas del diario impreso, en las que consideran que prima la opinión sobre la información

Donald Trump, presidente de Estados Unidos.EVAN VUCCI (AP)

El martes 8 de noviembre, día en el que los estadounidenses acudían a las urnas para elegir al 45º presidente del país, este periódico llevaba en portada un titular —El mundo contiene el aliento mientras Estados Unidos vota— que a José Manuel Dapena le ha parecido “sensacionalista” y “populista”. “No va con el estilo de EL PAÍS”, me escribe este lector en su breve mensaje.

Una consideración final similar se repite en los mensajes que recibo periódicamente con quejas relativas a los titulares de portada del diario impreso. Ya se refieran a la crisis del PSOE o al resultado del referéndum...

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El martes 8 de noviembre, día en el que los estadounidenses acudían a las urnas para elegir al 45º presidente del país, este periódico llevaba en portada un titular —El mundo contiene el aliento mientras Estados Unidos vota— que a José Manuel Dapena le ha parecido “sensacionalista” y “populista”. “No va con el estilo de EL PAÍS”, me escribe este lector en su breve mensaje.

Una consideración final similar se repite en los mensajes que recibo periódicamente con quejas relativas a los titulares de portada del diario impreso. Ya se refieran a la crisis del PSOE o al resultado del referéndum sobre el proceso de paz en Colombia, los lectores coinciden en encontrarlos más opinativos que informativos. Es el caso de Baltasar Sánchez, que me envió el 24 de octubre un mensaje en el que, entre otras cosas, señala: “Todo periódico serio debe separar información de opinión. Por supuesto que un diario debe opinar, pero para ello están las columnas de opinión y el editorial. Hoy EL PAÍS opina en el titular de su primera página [El PSOE logra sacar a España del bloqueo y evita otras elecciones]. Eso es inaceptable”. La misma queja me ha formulado, respecto a ese y a otros titulares que no se limitan a informar, otro lector, Pedro Brañas, que finaliza su correo con esta frase: “Los lectores ya somos mayorcitos (el periódico ya ha cumplido 40 años) para que nos traten así”.

Obligados a competir con la inmediatez de lo digital, los diarios impresos tienden a interpretar cada vez más las noticias en sus titulares de portada, que deben llegar al quiosco sin perder la frescura informativa. A este respecto resultaba ilustrativo comparar las 41 portadas, dedicadas por The New York Times a los resultados de otras tantas elecciones presidenciales (desde la de Franklin Pierce, en 1852, hasta el segundo triunfo de Barack Obama en 2012), que ese diario reprodujo en su web con ocasión de los comicios del pasado martes. En las primeras, era prácticamente indistinguible el nombre del ganador, en medio de una masa de letras de distinta tipografía. Los sucesivos titulares recogen escuetamente el nombre del nuevo presidente y los datos de su victoria. El tono es informativo aunque la tipografía se va haciendo cada vez más ampulosa, y las frases más complejas. El mayor cambio se opera en la última década. La victoria en 2008 de Barack Obama se anuncia con el apellido del recién elegido presidente en grandes caracteres, y un titular que señala: Caen las barreras raciales en una victoria decisiva. La última portada, que obviamente no figuraba en esa lista, es la correspondiente al miércoles: Donald Trump es elegido presidente en un sorprendente rechazo al ‘establishment’.

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Ese mismo día, EL PAÍS titulaba en su edición especial: EE UU cae en manos del populismo agresivo de Trump. Mientras, La Vanguardia afirmaba: Trump levanta el muro, y el diario ABC: El populismo llega a la Casa Blanca. En la portada de El Periódico se leía: Dios perdone a América.

“El titular de portada es el elemento más importante de nuestra edición en papel”, afirma el director adjunto

Le he pedido al director adjunto, Jorge Rivera, que explique a los lectores con qué criterios se redactan los titulares de primera página de EL PAÍS. Esta es su respuesta: “El titular de portada es el elemento más importante de nuestra edición en papel. Por ello, debe cumplir varios objetivos. Evidentemente, el primero y principal es informar. Pero informar no es únicamente trasladar una noticia de una manera plana y lineal. Es dotarla de contexto y de profundidad. Debemos situarla y explicar la relevancia que tiene, aportando elementos adicionales. Y todo ello hay que hacerlo en una sola frase”.

Aunque el Libro de estilo no recoge ninguna recomendación concreta sobre los titulares de portada, hay que entender que la primera página se nutre de las principales noticias y crónicas, por lo que conviene recordar lo que señala respecto a los titulares de este último género periodístico: “Cuando los hechos se suponen ya conocidos por la mayoría de los eventuales lectores, se escribirá un título con elementos informativos y a la vez interpretativos, pero no opinativos (es decir, sin juicios de valor)”. El reto es, por tanto, contextualizar la noticia sin distorsionarla, y respetando además el estilo del periódico.

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