Las mujeres reales también son de revista

La edición británica de 'Vogue' sustituye a las modelos habituales en sus páginas por empresarias

La actriz Emily Blunt, en la portada de la edición británica de 'Vogue'.

Cada vez son más las celebrities que denuncian el uso de Photoshop en sus redes sociales, las modelos que reivindican una moda más inclusiva y las campañas publicitarias de grandes firmas que apuestan por la diversidad de papeles y modelos. Las mujeres reales están de moda y la confirmación definitiva la da la edición británica de Vogue, que en su número de noviembre sustituye a sus habituales modelos de revista...

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Cada vez son más las celebrities que denuncian el uso de Photoshop en sus redes sociales, las modelos que reivindican una moda más inclusiva y las campañas publicitarias de grandes firmas que apuestan por la diversidad de papeles y modelos. Las mujeres reales están de moda y la confirmación definitiva la da la edición británica de Vogue, que en su número de noviembre sustituye a sus habituales modelos de revista por mujeres de negocios que visten los últimos diseños.

El objetivo de esta iniciativa, según Alexandra Shulman, editora de la revista en Reino Unido, es contribuir a que las mujeres en posiciones de autoridad y poder puedan interesarse por la moda sin que resulte frívolo. “Aún hay un estigma ligado a disfrutar abiertamente de la ropa que te pones y experimentar con ella si eres una mujer que trabaja en una empresa que no tiene nada que ver con el negocio de la moda o del entretenimiento”, ha asegurado a The Guardian.

Las elegidas para participar en este número especial tienen en común que son mujeres poderosas en sus puestos de trabajo. Entre ellas hay profesionales de distintos ámbitos: desde la arquitecta Shumi Bose a la directora de proyectos de caridad Brita Fernandez Schmidt, la heladera Kitty Travers y algunas de las mujeres que forman parte del London’s Crossrail, un proyecto para construir una vía ferroviaria en el subsuelo de Londres.

Aunque son ellas, caras desconocidas para el gran público, las que ocupan las páginas interiores de la nueva entrega de Vogue —que saldrá a la venta este jueves— la portada sí se ha reservado para una persona conocida. Enmarcada por titulares como “Nueva temporada de moda para todas las mujeres” y “El número real: una zona libre de modelos”, aparece la actriz Emily Blunt que, según ha declarado, invirtió tres horas de peluquería y maquillaje para conseguir la imagen de “mujer real” para la sesión fotográfica.

Aunque esta idea puede contradecir el alegato de Shulman, la revista afirma que recurrieron a la intérprete porque se ha hecho famosa por labrarse “una gran reputación interpretando papeles de mujeres fuertes”, como el que desarrolla en su última película, La chica del tren. Además, respalda las declaraciones que la directora hizo en 2014, cuando afirmó que no pone a chicas normales en sus portadas porque considera que la revista es una forma de escape de la vida real: “La gente que compra una publicación como esta no quiere ver lo que pueden ver mirándose al espejo. Eso lo pueden hacer gratis”.

Este primer número para “mujeres reales” —la revista no ha especificado cuántos más habrá ni con qué periodicidad— no es el primer intento de la industria de la moda por acercar a las personas de a pie a ámbitos reservados exclusivamente a las modelos. En la pasada Semana de la Moda de Nueva York, la firma estadounidense J Crew eligió solo a personas de su equipo y sus amigos para que desfilasen con sus diseños.

Este proyecto a favor de una belleza más real e inclusiva ha traspasado ha llegado hasta la política. Recientemente, dos modelos se unieron al Partido por la Igualdad de la Mujer de Reino Unido para luchar por la regulación del Índice de Masa Corporal en las maniquíes y por la inclusión de chicas de tallas grandes en las ediciones de las revistas de moda.

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