Elecciones vascas y gallegas

[/TIT_CARTAS][TEX_CARTAS]Los resultados de las autonómicas gallegas evidencian una cuestión: mientras el voto de la derecha se aglutina cada vez más en un solo partido, en la izquierda se dan de tortazos; así de simple.

La cuestión ahora es ver las valoraciones de aquellos cuya ceguera les impide ver el problema y no, no me refiero a Pedro Sánchez, sino a esos barones próximos al pesebre nacional de la oligarquía posfranquista y a sus medios de propaganda, que no se enteran de que el PSOE solo sangra por la izquierda, que esla que no representan ni Fernández Vara, ni José Bono ...

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[/TIT_CARTAS][TEX_CARTAS]Los resultados de las autonómicas gallegas evidencian una cuestión: mientras el voto de la derecha se aglutina cada vez más en un solo partido, en la izquierda se dan de tortazos; así de simple.

La cuestión ahora es ver las valoraciones de aquellos cuya ceguera les impide ver el problema y no, no me refiero a Pedro Sánchez, sino a esos barones próximos al pesebre nacional de la oligarquía posfranquista y a sus medios de propaganda, que no se enteran de que el PSOE solo sangra por la izquierda, que esla que no representan ni Fernández Vara, ni José Bono y ni siquiera el adalid de los descamisaos, Alfonso Guerra. Solo me queda felicitar al Partido Popular por el perfecto trabajo de estrategia a largo plazo que ha tenido como consecuencia el fraccionamiento irreconciliable de la izquierda, y todo a pesar de la que le está cayendo a la clase trabajadora.— Francisco Javier España Moscoso. La Navata-Galapagar (Madrid).

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Si los pésimos resultados electorales sufridos por el PSOE en Galicia y el País Vasco no obligan a Pedro Sánchez a salir del coma político al que le han inducido su estupidez y su arrogancia o el equipo médico actual no lo desconecta para siempre, ya no cabe esperar más que su partido oficialice su voluntad de suicidio colectivo en unas terceras elecciones. Los barones y las baronesas pueden elegir para pasar a peor vida entre navajas de Albacete o cualquier pócima, sus militantes pueden escuchar melodiosos o disonantes cantos de sirena para arrojarse al mar del populismo o despeñarse desde los acantilados como lemmings en las aguas esteladas del soberanismo, pero los electores, que al fin y a la postre somos los que contamos y nos hacemos contar, estamos presenciando atónitos la autoinmolación del PSOE como el indigno final de un partido histórico que muere falto de ideas, de principios y de liderazgo. Una pena.— José Manuel Asensio Villa. Leganés (Madrid).

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