Tentaciones

Vinilos: ¿Coleccionismo de postureo o el formato musical definitivo?

La 'X Feria Internacional del Disco' ha dado para mucho y todo son buenas noticias: la música en general ha aumentado casi un 7% frente a 2014 y los vinilos han recobrado casi todo el protagonismo. Pero... ¿Realmente se llegan a utilizar?

Never Mind the Bollocks, Sex Pistols, 1977, 75 euros. Daydream Nation, Sonic Youth, 1988, 100 euros. Happy Jack, The Who, 1967, 200 euros. Todas ellas primeras ediciones estadounidenses, en vinilo, que Mike Kostek ha traído de Miami a Madrid. Kostek empezó a venir a España a mercadear con discos hace 20 años, introducido por el periodista Ignacio Juliá, y aquí sigue, con su tienda Velvet Underground Records, dando placer a los oídos de los musiqueros patrios.

Su puesto en la feria, el más grande y llamativo, es como el ...

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Never Mind the Bollocks, Sex Pistols, 1977, 75 euros. Daydream Nation, Sonic Youth, 1988, 100 euros. Happy Jack, The Who, 1967, 200 euros. Todas ellas primeras ediciones estadounidenses, en vinilo, que Mike Kostek ha traído de Miami a Madrid. Kostek empezó a venir a España a mercadear con discos hace 20 años, introducido por el periodista Ignacio Juliá, y aquí sigue, con su tienda Velvet Underground Records, dando placer a los oídos de los musiqueros patrios.

Su puesto en la feria, el más grande y llamativo, es como el Hall of fame del rock n' roll convertido en exposición de discos grandes. "Se vende punk, rock de los 60, blues, jazz, progresivo, alternativo, toda la historia de la música está aquí, y los jóvenes cada vez compran más", dice con entusiasmo. 

Liliana Peligro

Los citados vinilos son de lo más caro que se puede encontrar en la X Feria Internacional del Disco, que se celebró el pasado fin de semana en el madrileño hotel Rafael Atocha y anteriormente en Barcelona. Por los 60 puestos procedentes de Europa y EE UU se diseminan los coleccionistas: se abisman sobre las cajas repletas de discos que manejan con dedos de ninja, con firmeza y rapidez, como haciendo arpegios. Se compra y se vende, pero también se habla, y mucho, de música, claro, pero aún más de estas cosas redondas que suenan cuando las pinchas con una aguja.Del disco como objeto. Ambiente así como en Alta fidelidad de Nick Hornby.

"Hace unos años en esta feria había un 90% de CD's y un 10% de vinilos. Hoy la situación ha dado la vuelta completamente: hay un 90% de vinilos", explica el organizador, Juan Carlos Vilella. El vinilo, después de la crisis de formato provocada primero por el cd y luego por el mp3, y de la propia crisis de la industria discográfica, vuelve a estar de moda. Es símbolo de autenticidad, objeto de nostalgia, chisme exclusivo, cosa bonita, pieza para enseñar y fardar. Y suena bien, por supuesto.

" [El CD] No me interesa, por política comercial y por convencimiento"

"La gente se ha dado cuenta de que nada suena como un vinilo", explica Vilella, "además no es tan frío como la caja de un cd y tiene su ritual: limpiar el disco, pincharlo, darle la vuelta...". Según los datos de venta de la asociación Promusicae, en 2015 la venta de vinilos aumentó un 40% (hasta 362.000 unidades) y desde 2005 el incremento es de un espectacular 1.633%, lo que no quita que el formato físico se siga desinflando frente al digital. La buena noticia es que la música en general, física o digital, vivió el año pasado su segundo ejercicio de crecimiento consecutivo, después de una larga travesía en el desierto,, con ventas por 160 millones de euros. Queda lejos, aun así, la cifra de 2001: 603 millones hoy difíciles de alcanzar 

Pulula en la feria fauna variopinta: hay mucho viejo rockero, melenas combinadas con calvas, flequillos mod, coloridos pelos punk y usuarios normcore, sobre los que es difícil adivinar los gustos. Una joven de aspecto muy formal se entretiene mirando todos los l.p's de Extremoduro. Ángel Snap, de Snap Records, camiseta de Eskorbuto y veterano de la Movida madrileña, no es tan optimista con respecto a lo de la juventud como Kostek: "A los jóvenes no les interesa demasiado el coleccionismo. Van a festivales, escuchan algunos grupos indies y comerciales, pero no van a los conciertos en salas pequeñas ni compran discos independientes", dice. Su pieza favorita, de las que oferta, es el Más de cien lobos, de 091. "Soy un fanático de los Clash y ese disco lo produjo Joe Strummer", dice mientras enseña orgulloso un tatuaje inspirado en la portada del London calling de la banda británica.

"Hace unos años en esta feria había un 90% de cd's y un 10% de vinilos. Hoy la situación ha dado la vuelta: hay un 90% de vinilos"

Pero joven es Gonzalo Díaz, que aunque proviene del punk, hoy le ha dado al rock más metálico, con tres de sus bandas favoritas de este género: Mötorhead, Black Sabbath y Iron Maiden. "Son tres colecciones que tengo abiertas y he encontrado cosas interesantes", dice. Es la primera vez que viene a la feria, aunque suele comprar vinilos en tiendas pequeñas, distribuidoras y conciertos. "En realidad el vinilo siempre ha seguido vivo en el mundo del punk, el hardcore o el crust, donde se siguieron sacando estos discos cuando nadie los sacaba.De eso vivieron las fábricas de vinilos de la República Checa, que producen la mayoría. Ahora ya los saca todo el mundo". Además del punk, la música electrónica, tradicionalmente pinchada en vinilo (aunque no solo), también colaboró al mantenimiento del formato.

Gonzalo Díaz y Nerina CastilloLiliana Peligro

En efecto, en estos momentos en muchas grandes superficies culturales pueden conseguirse reediciones de discos legendarios. "El tema de las reediciones nos viene bien, revalorizan el original", dice José Martínez, de Acetato Records, Valencia, "así la gente conoce los discos y luego compra más. También vienen bien el YouTube y las redes sociales que difunden la música". Según cuenta, el mundo del coleccionismo no ha sufrido tantos vaivenes como pudiera parecer. "Se ha notado la crisis, claro, pero yo siempre, desde hace 26 años, he vendido vinilos más o menos al mismo ritmo. Ahora cada vez hay más coleccionista". El que nos enseña es el single de Me gusta ser una zorra, de Las Vulpess, ese que generó en plena Movida una ola de indignación en toda España: "son 100 pavos". El cd, dice, no lo quiere ni ver: "No me interesa, por política comercial y por convencimiento".

La mayor parte de esta música se puede encontrar en Spotify, por 10 euros al mes en cuenta Premium

Además de vendedores de discos profesionales hay civiles infiltrados que vienen a vender parte de su colección. Es el caso de Mariano Gil, que lleva tres ferias consecutivas trayendo parte de su colección de 5.000 vinilos y 8.000 CD's. "Tengo  heavy metal de los 80 y música de los 60, sobre todo psicodelia, progresivo, garaje. Lo que vendo aquí es el heavy", cuenta, "tengo en casa habitación para la colección, pero ya no me caben. Algunos no los he escuchado ni una sola vez". Acaba de vender el To Mega Therion de Celtic frost, por 60 euros, aunque ahora parece arrepentido. "Sé que me va a apetecer volver a escucharlo, que lo voy a tener que volver a buscar y comprarlo más caro", se lamenta.

En el fondo le gusta comerciar con esta mercancía, como a toda esta gente. De hecho, la mayor parte de esta música se puede encontrar en Spotify, por 10 euros al mes en cuenta Premium y a un par de clicks de distancia. Pero esto es otro rollo. El vinilo sigue girando y girando.

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