Poder trabajar después de los 65

La realidad nos presenta un dilema acerca de quién juzga si un profesional, que quiere seguir ejerciendo, debería continuar después de cumplir la edad de jubilación. Si tomamos como ejemplo el campo médico, podemos encontrar situaciones que justifiquen la jubilación: un profesional excelente que haya transmitido a su equipo su experiencia y que su plaza vaya a ser ocupada por personal tan cualificado como él, no plantea problema. Pero puede ocurrir que el profesional excelente no haya tenido la oportunidad de transmitir su conocimiento a los que le rodean; interinidades, sustituciones, desplaz...

La realidad nos presenta un dilema acerca de quién juzga si un profesional, que quiere seguir ejerciendo, debería continuar después de cumplir la edad de jubilación. Si tomamos como ejemplo el campo médico, podemos encontrar situaciones que justifiquen la jubilación: un profesional excelente que haya transmitido a su equipo su experiencia y que su plaza vaya a ser ocupada por personal tan cualificado como él, no plantea problema. Pero puede ocurrir que el profesional excelente no haya tenido la oportunidad de transmitir su conocimiento a los que le rodean; interinidades, sustituciones, desplazamientos, etcétera. En este supuesto, la jubilación obligada es preocupante. En un caso como este, surge el deseo de que la norma permita excepciones, porque, en caso contrario, provoca una gran pérdida en lo que a la experiencia respecta. No es lo mismo recibir atención de un médico ducho que de un médico sin la experiencia correspondiente a su cargo. Podríamos aplicar la misma reflexión a otros ámbitos, como el educativo. El tema es complicado y difícil de legislar por lo que sería preciso crear un tribunal que dictamine las condiciones, debidamente justificadas, en las que un profesional de esa edad fuera autorizado para seguir su vida laboral.— Saturnino Sola Giménez. Pamplona.