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Pagi, el equipo de fútbol de los refugiados

Asd Pagi es un club de fútbol creado en Cerdeña para promover la integración social de migrantes acogidos en la isla

Los centros de inmigración de Cerdeña (Italia) acogen cada año a muchos hombres en busca de asilo. En la ciudad de Sassari, en el norte de la isla, la cooperativa ASD gestiona el nuevo ‘Centro di Prima Accoglienza di Predda Niedda’, instalado en el antiguo Hotel Pagi. En aras de promover la integración social de los acogidos, se ha fundado un equipo de futbol, el Asd Pagi, asociado al lugar.
Jugaron su primer partido en casa y fueron derrotados. El equipo había empezado a entrenar apenas un mes antes del comienzo de la temporada. Se trata del primer caso en que la federación italiana de fútbol autoriza a participar oficialmente en un campeonato regional a un equipo integrado exclusivamente por inmigrantes sin permiso de residencia.
El centro de inmigración alberga a unos 300 jóvenes, la mayoría procedente de países subsaharianos como Nigeria, Gambia o Malí. Aguardan pacientemente, soñando con encontrar trabajo en una de las regiones más empobrecidas de Italia, hasta que se reconozca legalmente su condición de refugiados, de protegidos internacionalmente o, en el peor de los casos, se proceda a su deportación.
Scifo Mohamed Diallo (19) en el centro de inmigración. Es de Conakri (Guinea) y juega de extremo derecho. Perdió a toda su familia en la llamada ‘masacre del estadio’, un ataque perpetrado bajo las órdenes del líder golpista Moussa Dadis Camars en septiembre de 2009. Luego de pasar durante dos años en las calles de la capital, tomó la decisión de viajar a Libia, donde consiguió trabajó y ahorró durante dos años más para ir a Europa.
Mujeeb Adebisi, nigeriano de 20 años, era jugador de fútbol en su tierra. Perdió a su hermana en un accidente de tráfico, yendo él al volante. Culpado por esa muerte, optó por abandonar su ciudad natal. Se dirigió a Libia, donde permaneció prácticamente secuestrado, malviviendo en una pequeña estancia con otros refugiados. A veces juega de centrocampista, y otras de mediapunta en el Ads Pagi.
El segnegalés Mousa Baldè y el gambiano Omar Kartu, ambos de 18 años. Mousa dejó su país por conflictos religiosos. Toda su comunidad era musulmana, a excepción de su madre y de él, que eran cristianos. Omar tuvo problemas políticos con el Gobierno militar de Yahya Jammeh, como tantas otras personas en Gambia. Su hermano, un militar, se granjeó el descontento de sus superiores y puso en riesgo la vida de su familia.
Cinthya Collins da el pecho a su hija durante el partido. Cinthya fue acogida en un centro al sur de Cerdeña durante su embarazo mientras que su marido fue a parar a la ciudad de Sassari. Ahora viven juntos en el centro, donde nació la niña el pasado mes de Julio.
Jóvenes nigerianos en el patio exterior del Centro di Prima Accoglienza di Predda Niedda, en el que moran en torno a cien chicos de esta nacionalidad. La mayoría ha recibido ya la primera negativa por parte de la comisión territorial para quedarse en el país como refugiados y esperan la respuesta a su apelación.
Yousuf Lawal es un nigeriano de 18 años. Perdió a sus padres en una contienda entre familias. Escapó y vivió dos meses en Libia. Aún está pendiente de la primera deliberación de la commisión territorial. Carece de experiencia con el balón, por lo que pasa la mayor parte del tiempo animando a los suyos desde el banquillo.
Aficionados del club Asd Pagi con Fabiana Denurra al fondo. Fabiana y Pierpaolo Cermelli dirigen el Centro di Prima Accoglienza di Predda Niedda. Ellos fueron los promotores de esta novedosa iniciativa. En palabras de los refugiados ellos son ‘mummy’ y “daddy’ (mamá y papá en inglés).
Konate Adama es marfileño. Perdió a sus padres durante la guerra en 2011. Después vivió con su hermano y su tío, quien, al cabo de un tiempo, tomó la decisión de vender la pequeña parcela de tierra que la familia tenía en propiedad. Al oponerse, los hermanos se vieron obligados a escapar del país. En su periplo hacia Libia atravesaron Burkina Faso y Níger. Este habilidoso delantero está esperando la primera resolución de la comisión territorial, el organismo que decide quién se queda y quién es deportado.
Alhagie Amadou Jallo, de 24 años, nació en Gambia. Cuenta que un día fue secuestrado, torturado y acusado de ser opositor al régimen por unos agentes secretos en Gambia. Un conocido había registrado una conversación en la que Alhagie ponía en tela de juicio a dicho régimen. El presidente de Gambia, Yahya Jammeh, ha sido acusado en repetidas ocasiones de abusos contra los derechos humanos, como tortura y asesinato. Jallo consiguió fugarse y emprender viaje a Europa, a través de Libia. En Sicilia fue tomado por contrabandista por ayudar a maniobrar con la patera. Pasó unos meses en la cárcel y luego fue transferido al centro de inmigrantes de Sassari. Iallo espera a ser reconocido como protegido internacional. Chapurrea un poco el italiano por lo que, además de jugar en el equipo, asiste al entrenador como traductor.
Solicitantes de asilo siguen atentamente el partido desde las gradas. Las escollos más grandes que han de sortear estos jóvenes en la lucha por su ansiada nueva vida son la prohibición de abandonar el centro por un periodo superior a dos días, la consecuente imposibilidad de encontrar un trabajo y la interminable espera durante el proceso de deliberación de la comisión territorial. Algunos de ellos habrán de aguardar entre dos y tres años para conocer el resultado de su apelación.
Frank Ugbaja, de 21 años, nació en Nigeria. La explosión de una bomba en un ataque de Boko Haram se llevó por delante la vida de su padre y de sus dos hermanas. Este grupo terrorista está causando verdaderos estragos en el país más poblado de África con toda una ola de bombardeos, asesinatos y secuestros. Sus victimas se cuentan por decenas de millares. Frank consiguió escapar del terror y llegar a las costas de Italia a través de Libia, para terminar convirtiéndose en el guardameta del Asd Pagi.