Cartas al director

Once descabellos

Once descabellos para matar al toro empleó un torero de cuyo nombre no quiero acordarme. Once. Y aún llaman arte a ese espectáculo sangriento. La tauromaquia procede de la antigua Creta, se trataba de un culto al toro, la taurokatapsia, pero solo consistía en jugar con él: cogerle por los pitones, elevarse sobre su lomo dando una acrobática voltereta y caer tras sus cuartos traseros. Un juego pacífico. Fue el adiestramiento de la caballería, que hacía prácticas alanceando toros, lo que puso esta costumbre en las fiestas populares. La casualidad de hacerles embestir a un trapo hizo el ...

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Once descabellos para matar al toro empleó un torero de cuyo nombre no quiero acordarme. Once. Y aún llaman arte a ese espectáculo sangriento. La tauromaquia procede de la antigua Creta, se trataba de un culto al toro, la taurokatapsia, pero solo consistía en jugar con él: cogerle por los pitones, elevarse sobre su lomo dando una acrobática voltereta y caer tras sus cuartos traseros. Un juego pacífico. Fue el adiestramiento de la caballería, que hacía prácticas alanceando toros, lo que puso esta costumbre en las fiestas populares. La casualidad de hacerles embestir a un trapo hizo el resto. Al ver que se hace esto a animales cuyo delito mayor es el haber nacido, me dan ganas de bajarme en la próxima.— Carlos Javier Taranilla de la Varga.

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