Modelo de ropa juvenil a los 70 años

La firma Desigual apuesta por Alicia Borrás y por la “belleza inclusiva” para su campaña

La modelo de 70 años Alicia Borrás para Desigual.

La moda va sorprendiendo con cuentagotas para incluir modelos diferentes y el último grito de esta tendencia son las cabelleras grisáceas. Desigual se ha tomado el empeño de la diversidad en serio y apuesta por “la belleza inclusiva”, según cuenta su director de comunicación de marca, Daniel Pérez. Si la primavera pasada presentaba el vitíligo como forma de belleza con Winnie Harlow, esta temporada quiere reivindicar que la vejez también es chula.

Para ello ha fichado a una anfitriona que no plantea dudas. A sus 70 años, Al...

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La moda va sorprendiendo con cuentagotas para incluir modelos diferentes y el último grito de esta tendencia son las cabelleras grisáceas. Desigual se ha tomado el empeño de la diversidad en serio y apuesta por “la belleza inclusiva”, según cuenta su director de comunicación de marca, Daniel Pérez. Si la primavera pasada presentaba el vitíligo como forma de belleza con Winnie Harlow, esta temporada quiere reivindicar que la vejez también es chula.

Para ello ha fichado a una anfitriona que no plantea dudas. A sus 70 años, Alicia Borrás atrae todas las miradas en un vídeo de tres minutos en el que luce los vaqueros de la nueva colección Exotic Jeans, y se codea con chicas que podrían ser sus nietas, las bailarinas Kayoko Everhart, Sheila Jordà y Maria Cocol y las modelos Stephanie Hall y Angelina Nawojczyk.

Quien fue Miss España en 1965, maniquí de Pertegaz y modelo de reconocidas firmas hasta que se retiró con 26 años para llevar una vida familiar, ha vuelto por sorpresa a los posados. “No tenía ninguna intención de volver a ser modelo”, reconoce Alicia Borrás en una entrevista. Ante su asombro, la llamaron hace dos años para que desfilara para Andrés Sardá en la pasarela de Madrid.

Alicia Borrás para Desigual.

Desde entonces, ha hecho algunos trabajos y sigue diciendo que no quiere ser modelo de nuevo, simplemente ha dejado “la puerta abierta” a cosas que le interesen. Le parece pertinente que se reivindique la vejez, y más en un sector tan tiranizado por la juventud. “Lo hago porque me gusta la moda, y creo que tiene que cambiar”, razona, y lo compara con otros ámbitos donde los profesionales de más de cincuenta años tienen valor. “Las personas mayores tienen conocimiento y experiencia y eso es un plus”, añade.

“No voy a competir con una chica de veinte años, pero sé desfilar y posar”, argumenta con tono plácido. Volver a ponerse delante de los focos le ha servido para comprobar que el trabajo ha cambiado mucho en estos años. Cree que hoy se hacen maravillas con el maquillaje, los focos y la iluminación, algo que en su época apenas existía. “Hoy las chicas son muy guapas, pero no sé si tienen escuela”, comenta, mientras explica que los fotógrafos con los que ha tratado recientemente le han dicho que es un gusto trabajar con ella porque sabe posar y tiene iniciativa.

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Volver a desfilar no le ha costado nada. De hecho, lo compara con el clásico de montar en bicicleta, una habilidad que nunca se olvida. Además, siempre le ha gustado más el pase que el posado, porque con el movimiento se puede expresar más. El truco de su belleza es sencillo, dice, porque tiene la suerte de ser genéticamente delgada. Lleva una buena alimentación, de toda la vida, apunta, y hace ejercicio, tonificación y yoga. Todo ello porque le gusta estar en forma y sentirse bien. Además, su elegancia, lo que más le halagan, también reside en la simplicidad y en conocer lo que le sienta bien. “Intento ir moderna pero dentro de mis límites”. De no ponorse límites es de lo que se peca hoy en día, considera, con tantas tendencias que llevan a las mujeres a ponerse de todo y no identificar su estilo.

Alicia Borrás nació en Menorca en 1945, pero a los 17 años se fue a Barcelona a trabajar en el taller de Pertegaz. Era una maniquí a tiempo completo, los vestidos del maestro se probaban y arreglaban encima de su cuerpo. Pero a pesar de la fama del modista, era un trabajo muy mal remunerado y al cabo de tres años empezó a hacer publicidad y de modelo para varias firmas de prêt-à-porter. Le dieron el título de Miss España en 1965 y a los 26 años, con una carrera en alza, tuvo que tomar una decisión. Se casó con su actual marido, quien por su trabajo viajaba mucho, y apostó por la vida familiar. Después de vivir en diferentes países, hace 18 años que regresó a Barcelona, donde lleva una vida tranquila, y hace dos que la moda volvió a llamar a su puerta.

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