Las mujeres triunfan en El Peñón

Sólo una de las ocho jugadoras del grupo de cabeza perdió en la 3ª ronda ante rivales superiores

La india Dronavalli Harika, ayer en Gibraltar minutos antes de comenzar la partida que ganó al británico Nigel Short, subcampeón del mundo en 1993John Saunders

Un nuevo dato alimenta desde ayer el histórico y misterioso debate sobre la inferioridad femenina en ajedrez: tres victorias de mujeres, cuatro empates y una derrota en ocho partidas contra hombres en teoría superiores. Ocurrió en el grupo de cabeza de la 3º ronda del torneo Tradewise en Gibraltar, donde la reivindicación de la igualdad de sexos ha sido uno de los hilos conductores de la organización durante 14 ediciones.

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Un nuevo dato alimenta desde ayer el histórico y misterioso debate sobre la inferioridad femenina en ajedrez: tres victorias de mujeres, cuatro empates y una derrota en ocho partidas contra hombres en teoría superiores. Ocurrió en el grupo de cabeza de la 3º ronda del torneo Tradewise en Gibraltar, donde la reivindicación de la igualdad de sexos ha sido uno de los hilos conductores de la organización durante 14 ediciones.

“No estoy enfermo ni cansado. Harika me ha dominado por completo”, tuiteó el británico Nigel Short, subcampeón del mundo en 1993, tras caer con blancas ante la india Dronavalli Harika, a quien supera en 173 puntos en la lista mundial. Los otros ilustres derrotados fueron el francés Laurent Fressinet (2.700 puntos Elo) y el venezolano Eduardo Iturrizaga (2.624), por la ucrania Anna Muzychuk (2.537) y la rusa Alexandra Goriáchkina (2.502). Los cuatro empates fueron (el jugador con menos puntos es mujer): Howell (Inglaterra, 2.685) – Stefánova (Bulgaria, 2.515); Zhongyi Tan (China, 2.504) – Jones (Inglaterra, 2.625); Jotenáshvili (Georgia, 2.502) – Gupta (India, 2.613); y Donchenko (Alemania, 2.570) – Pogonina (Rusia, 2.454). La excampeona del mundo Kosteniuk (Rusia, 2.550) encajó la única derrota de las féminas en el grupo de líderes con dos puntos, ante su compatriota Jakovenko (2.732).

“Estoy muy contento. Es un gran día”, comentaba anoche Brian Callaghan, el organizador del festival, quien hace 15 años pensó que el ajedrez podía ayudarle a llenar su hotel, La Caleta, en pleno invierno. Como a casi todos los no expertos, a Callaghan le asombraba que sólo hubiera una jugadora entre los cien mejores del mundo (en aquel momento, la húngara Judit Polgar, ya retirada) y decidió luchar contra ello, ofreciendo sustanciales premios en metálico y buenas condiciones de alojamiento a las jugadoras mejor clasificadas, lo que atrae cada año a una gran parte de las estrellas del ajedrez femenino.

Edición tras edición, los resultados de Gibraltar indican –al igual que la fascinante historia de las tres hermanas Polgar- que el machismo imperante en la mayoría de los países y la distinta educación de niños y niñas en casi todos ellos pesan más que las diferencias cerebrales u hormonales a la hora de explicar por qué sigue habiendo una sola mujer (la china Yifán Hou) entre los cien mejores del mundo. Ninguna de las triunfadoras de ayer hizo declaraciones rimbombantes tras su éxito. Al ver el mencionado tuit de Short, Dronavali dijo: “Es una actitud muy humilde, que dice mucho sobre su calidad como deportista”.

El primer ministro de Gibraltar, Fabián Picardo, hizo ayer el saque de honor de la 3ª ronda, agradeciendo a los participantes del torneo "que inspiren a los más jóvenes para que se acerquen al ajedrez y comprueben cuán importante es". Resultados como los de ayer quizá inspiren a muchas mujeres a acercarse a un deporte de gran predominio masculino.

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