Holanda se pregunta si es mejor castigar o rehabilitar

Una sentencia pide a los políticos que revisen las estrictas leyes sobre la cadena perpetua

La cadena perpetua es una pena que se cumple de manera literal en Holanda: encierro hasta la muerte. No hay revisiones a los 15, 20, 25 o incluso 30 años por buena conducta, como en otras democracias europeas. La única posibilidad de regresar a la sociedad es un indulto, otorgado por el rey, que no suele obtenerse. Desde 1980, la prisión indefinida se ha dictado en 36 ocasiones —las tres últimas a principios de 2015— y cada vez son mayores las críticas contra un sistema que choca con el Convenio Europeo de Derechos Humanos y también con la opinión del Tribunal de Estrasburgo. Este último es pa...

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La cadena perpetua es una pena que se cumple de manera literal en Holanda: encierro hasta la muerte. No hay revisiones a los 15, 20, 25 o incluso 30 años por buena conducta, como en otras democracias europeas. La única posibilidad de regresar a la sociedad es un indulto, otorgado por el rey, que no suele obtenerse. Desde 1980, la prisión indefinida se ha dictado en 36 ocasiones —las tres últimas a principios de 2015— y cada vez son mayores las críticas contra un sistema que choca con el Convenio Europeo de Derechos Humanos y también con la opinión del Tribunal de Estrasburgo. Este último es partidario solo de la cadena perpetua rectificable. Estancada desde hace décadas, la situación puede dar un vuelco ahora porque un tribunal ordinario de la ciudad de Assen (al norte del país) acaba de sentenciar a tres décadas de cárcel a dos asesinos.

Los hermanos Marcos y Admilson R. robaron y mataron a tres personas entre 2012 y 2013. Tanto ellos como sus abogados daban por hecho que serían confinados para siempre porque así lo demandaba la fiscalía. Sin embargo, los jueces han subrayado que impedir la rehabilitación del reo es inhumano y la cadena perpetua merece lo antes posible una reforma “que compete al legislador”.

La dureza con que las leyes castigan la violencia extrema, y el aumento de los ajustes de cuentas entre bandas de narcotraficantes, a veces en plena calle, contrastan con el descenso de otros delitos, ya sean robos en casas, atracos en la calle o crímenes sexuales. En 2014, la policía se felicitó por la mayor caída de la criminalidad de la última década y confirmó que sobra espacio en las cárceles nacionales. Para los juristas, la paradoja es fácil de explicar y difícil de evitar. En otras palabras, los tribunales dictan sentencias pensando en una posible rehabilitación, o en un psiquiátrico, para los delincuentes que no provocan alarma social. A los asesinos que pusieron además en peligro la vida de sus perseguidores, les reserva un castigo ejemplar. Perpetuo.

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