Maria Mandelli, la diseñadora que vistió a la nueva mujer italiana

Con el fallecimiento de Maria Mandelli, la fundadora de Krizia, se cierra una de las trayectorias más particulares y ambiciosas de la moda

La diseñadora Mariuccia Mandelli.AFP

La diseñadora de moda Maria Mandelli, fallecida el pasado domingo en su domicilio milanés a los 90 años, solía asegurar que el origen del nombre de la firma que había fundado en los sesenta, Krizia, era una variación ortográfica de Critias, el diálogo inacabado que Platón dedicó a la Atlántida. La prensa americana, sin embargo, se dejó seducir por las resonancias fonéticas del nombre y la bautizó como Crazy Krizia. Las líneas limpias, los cortes extraordinariamente simples de las prendas y, sobre todo, el empleo de materiales tan poco habituales como la goma o el corcho allanaron el c...

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La diseñadora de moda Maria Mandelli, fallecida el pasado domingo en su domicilio milanés a los 90 años, solía asegurar que el origen del nombre de la firma que había fundado en los sesenta, Krizia, era una variación ortográfica de Critias, el diálogo inacabado que Platón dedicó a la Atlántida. La prensa americana, sin embargo, se dejó seducir por las resonancias fonéticas del nombre y la bautizó como Crazy Krizia. Las líneas limpias, los cortes extraordinariamente simples de las prendas y, sobre todo, el empleo de materiales tan poco habituales como la goma o el corcho allanaron el camino hacia el éxito de una diseñadora que, en los años previos a la explosión del Made In Italy, consiguió hacerse un hueco imbatible en la industria.

Nacida en Bergamo en 1925, Mandelli renunció a su plaza de maestra de escuela para abrir, en un piso milanés de dos habitaciones, un taller de moda. Sus planteamientos estilísticos proponían un lenguaje a contracorriente. En el crecimiento de su firma hubo hitos como la presentación, en 1957, de una colección de vestidos con estampados frutales que atrajo la atención de la prensa. En 1964, en plena explosión colorista y pop, se decantó por vestidos blancos; en 1971, llevó la contraria a la tendencia de las maxifaldas con una colección de pantalones cortos. Durante los años siguientes, amplió su repertorio con plisados, acabados tecnológicos y prendas de corte sencillo que se ajustaban a los hombros y permitían una gran libertad de movimientos; frente al halo inaccesible de la moda francesa, Krizia conquistó a una clientela de mujeres de mentalidad progresista y gusto por la innovación.

Mariuccia Mandelli.AFP

Como muchas otras firmas de su generación, Krizia se expandió durante los años setenta y ochenta mediante el lanzamiento de líneas secundarias —de prendas de punto, masculinas o infantiles— y de lucrativas licencias, como la que le llevó en 1980 a lanzar K de Krizia, uno de los perfumes femeninos más vendidos en la época. También su presencia en la vida cultural milanesa se intensificó con la apertura, en 1985, de Spazio Krizia, una sala dedicada a albergar exposiciones y eventos relacionados con el mundo del arte, la arquitectura o la literatura.

Los últimos años de la década de los noventa vieron el reconocimiento al legado histórico de la firma, con exposiciones en la Triennale de Milán (1995), la New York University (1999) y el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio (2001). El nuevo milenio traería la colaboración de diseñadores internacionales como Alber Elbaz o Giambattista Valli en la concepción de las colecciones femeninas de la marca.

En febrero de 2014, el conglomerado empresarial chino Shenzhen Marisfrolg Fashion adquiría Krizia y nombraba directora creativa a la propietaria del grupo, Zhu Chongyun.

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