Realidad o engaño

Hoy en día, un gran porcentaje de la población posee algún tipo de aparato electrónico (teléfono móvil, ordenador, tableta...). No veo ningún problema, ya todas estas tecnologías sirven para que las personas puedan estar conectadas con el mundo exterior. Pero el inconveniente aparece cuando sucede al revés. Muchas personas culpan a la tecnología de volver antisocial a la gente, otros prefieren culpar a la propia persona por la manera en la que utilizan estos aparatos electrónicos. ¿Quién tiene razón? Quizá ambos.

En algunos momentos, la gente prefiere quedarse en casa en lugar de salir...

Hoy en día, un gran porcentaje de la población posee algún tipo de aparato electrónico (teléfono móvil, ordenador, tableta...). No veo ningún problema, ya todas estas tecnologías sirven para que las personas puedan estar conectadas con el mundo exterior. Pero el inconveniente aparece cuando sucede al revés. Muchas personas culpan a la tecnología de volver antisocial a la gente, otros prefieren culpar a la propia persona por la manera en la que utilizan estos aparatos electrónicos. ¿Quién tiene razón? Quizá ambos.

En algunos momentos, la gente prefiere quedarse en casa en lugar de salir. Yo he tenido que escuchar más de una vez a mis padres decir que estaba “enganchada”. Pero existe una gran diferencia entre las palabras “gustar” y “obsesionar”. He podido ver cómo mi hermano, por el hecho de disponer de estos aparatos desde una edad demasiado temprana, ha llegado a obsesionarse.

Acerca del uso que se hace de la tecnología, creo que los aparatos electrónicos son a la vez perjudiciales y beneficiosos, dependiendo del uso que les dé cada persona. Hay que tener muy en cuenta a partir de qué edad deberían comenzar a utilizarse y, sobre todo, ser consciente de la responsabilidad que conllevan.— Andrea Sánchez Moreno.