Cartas al director

¿Demasiado tarde para el clima?

El Ártico se derrite. La última barrera natural a la depredación humana desaparece. Hemos sido consumidores insaciables, pero en el futuro estaremos muy limitados; la escasez del “capital natural” nos obligará a replantearnos una nueva escala de valores éticos, culturales y, sobre todo, económicos. Me refiero no solo a nuevas formas de usar el dinero, sino a un cambio más profundo en los hábitos de consumo: los bienes que nos ofrece la naturaleza han de ser valorados no solo por su coste de extracción y manipulación y transporte, sino también por el coste de reposición. Esa parte del egoísmo h...

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El Ártico se derrite. La última barrera natural a la depredación humana desaparece. Hemos sido consumidores insaciables, pero en el futuro estaremos muy limitados; la escasez del “capital natural” nos obligará a replantearnos una nueva escala de valores éticos, culturales y, sobre todo, económicos. Me refiero no solo a nuevas formas de usar el dinero, sino a un cambio más profundo en los hábitos de consumo: los bienes que nos ofrece la naturaleza han de ser valorados no solo por su coste de extracción y manipulación y transporte, sino también por el coste de reposición. Esa parte del egoísmo humano que es necesaria para la supervivencia nos obligará a transformar las relaciones de simple explotación y dominio unidireccional de la naturaleza por el hombre, en otras de mutua colaboración y respeto. La respuesta al reto es grupal. Es la organización humana, la decisión política, la que debe limitar nuestro desarrollo económico y modular nuestras necesidades. Sabiendo que, en no pocas ocasiones, la reducción de consumo habrá de ser impuesta.— Luis Fernando Crespo Zorita.

 

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