Cartas al director

Educación para la transparencia

Como en todos los finales de curso de un tiempo a esta parte, el profesorado debe añadir, al estrés que se produce siempre en estas fechas, la presión de “preservar la intimidad del alumnado” en cuanto a calificaciones se refiere. Con esta finalidad, se han establecido unos sistemas bastante complejos para poder dar las notas sin tener que hacerlas públicas por ningún medio. Cualquier pequeño “error” puede llevar a sufrir las protestas airadas de algunas familias e incluso las denuncias al profesorado ante la inspección.

Esta situación, que rompe con la tradicional publicación de las no...

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Como en todos los finales de curso de un tiempo a esta parte, el profesorado debe añadir, al estrés que se produce siempre en estas fechas, la presión de “preservar la intimidad del alumnado” en cuanto a calificaciones se refiere. Con esta finalidad, se han establecido unos sistemas bastante complejos para poder dar las notas sin tener que hacerlas públicas por ningún medio. Cualquier pequeño “error” puede llevar a sufrir las protestas airadas de algunas familias e incluso las denuncias al profesorado ante la inspección.

Esta situación, que rompe con la tradicional publicación de las notas como documento público a consultar, me lleva a reflexionar sobre si estamos educando al alumnado para una sociedad de la transparencia, en la que es fundamental que se hagan públicos los méritos o deméritos académicos de cada uno, especialmente a la hora de ejercer cargos públicos. Quizás nos hemos saltado, sin darnos cuenta, el necesario debate educativo sobre este importante tema y hemos asumido sin discusión la imposición de unos criterios de privacidad con los que muchos no estamos de acuerdo. Todavía estamos a tiempo: hablemos sobre ello.— Isabel Alonso Dávila.

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