Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado

Ama de casa como sujeto urbano en el Metro de Madrid

Uno de los 24 fragmentos de una jornada laboral del Metro de Madrid. Imagen: Flickr de Hyuro.

Henri Lafebvre insistía en su "El derecho a la ciudad" (1968) en el hombre como sujeto principal de la ciudad que él mismo ha ayudado a construir. Sin embargo, la división social del trabajo, el patriarcado y las ideologías machistas han relegado, y lo siguen haciendo, a muchas mujeres al ámbito doméstico y a la invisibilidad absoluta. Si es cierto que en las narrativas de la ciudad, el rol de las mujeres ha cambiado desde el último tercio del siglo XX gracias, sobre todo, a las agendas feministas internacionales, también lo es que la mujer solo se tiene en cuenta como consumidora o como productora fuera del hogar. Pero, ¿qué pasa con la mujer como reproductora o ama de casa? ¿Tienen las amas de casa derecho a la ciudad del siglo XXI? Pues seguramente, casi el mismo derecho que los hombres que se dedican a las tareas domésticas y a la educación de los hijos.

A pesar de todo, el pasado 8 de Marzo, Día internacional de la mujer trabajadora, la estación Nuñez de Balboa del Metro de Madrid despertó con "24 Fragmentos de una Jornada Laboral", una intervención artística para reivindicar los derechos laborales y la visibilidad de las amas de casa en la ciudad. La instalación de estos 24 murales le fue encargada a una artista argentina que reside en Valencia y cuya obra siempre tiene a la mujer como protagonista: Hyuro.

Los graffitis exhibidos en el Metro de Madrid ponen en la pantalla de los miles de madrileños que diariamente transitan por las zonas subterráneas de la ciudad a mujeres anónimas. Mujeres a las que no se tiene en cuanta por no generar riqueza dentro del sistema neoliberal. Mujeres de las que bien hablan las críticas Amaia Pérez Orozco o Lina Gálvez. Mujeres que no tienen derechos en el ámbito legislativo. Que estan excluidas. Mudas. Desenfocadas.

En Nuñez de Balboa, algunas de las 24 escenas domésticas representan a mujeres sin rostro como sinónimo de la exclusión social que viven desde el inicio de las ciudades modernas. Su rol no se ha tenido en cuenta más allá de su papel como consumidoras. Ahora, el derecho a la ciudad abordado desde la dimensión de género tiene que tener un objetivo primordial: visibilizar a todas las mujeres en su cotidianidad y como sujeto urbano.

Pero, ¿cuál es el problema cuando se utiliza la imagen de una ama de casa para reivindicar el Día Internacional de la Mujer? ¿No estamos volviendo a alimentar los retrógrados prejuicios que perpetúan los roles de género? A pesar de que Madrid Street Art Project, organizadores de esta intervención, no han querido fomentar una idea errónea del rol de la mujer en la vida social y laboral del país, las críticas a la instalación cayeron como pedazos de acero sobre la iniciativa.

En un estado, el español, que según la reciente Macroencuesta de la Violencia contra la Mujer, el 12'5% de las mujeres han sufrido maltrato , los prejuicios, las conductas y la ideología machista están a la orden del día. Son muchos los ejemplos que podríamos citar, sin embargo, y hablando de Madrid, no hace falta ir muy lejos para ilustrar la forma en que el machismo sigue enraizado. Cuando el pasado mes de Julio, el Ayuntamiento de la capital fue criticado por no admitir a ninguna mujer en la incorporación de 214 bomberos más a la ciudad, la alcaldesa Ana Botella, pronunció: "las condiciones físicas de las mujeres y los hombres, por una cuestión de la naturaleza, hace que sean diferentes, que seamos diferentes, y por lo tanto es ésta la razón por la que no ha habido ninguna mujer entre estos 214 bomberos".

En este contexto, se podría discutir si la sociedad madrileña, y por extensión la española, está en condiciones de no sentirse ofendida ante una instalación que, de antemano, se ha ideado para criticar la representación de las amas de casa en la ciudad.

Imagen de la obra de Hyuro exhibida en el Metro de Madrid. Imagen: Flickr de Hyuro.

Comentarios

No me parece una crítica, no está mal recordar de vez en cuando que hay multitud de mujeres que realizan esa función en el ámbito doméstico, tan digno como cualquier otro trabajo ¿por qué no?
No me parece una crítica, no está mal recordar de vez en cuando que hay multitud de mujeres que realizan esa función en el ámbito doméstico, tan digno como cualquier otro trabajo ¿por qué no?

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