Cartas al director

Respeto a la intimidad y libertad personal

En ocasiones, tengo la impresión de que hay quien tiende a confundir la docilidad con la fidelidad, y de ahí que se recurra a establecer comparaciones entre la conducta de los perros y los humanos. Y, con el uso del teléfono móvil, parece que hemos entrado en una etapa en la que el concepto de amistad se expande y mezcla como los gases, sin contornos claros y definidos. Cuando escuché decir a nuestra hija que algunas amistades se mosquean u ofenden (y ella misma) en el caso de no contestar con rapidez a los mensajes recibidos por WhatsApp, podría decirse que me quedé entre perplejo y alucinado...

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En ocasiones, tengo la impresión de que hay quien tiende a confundir la docilidad con la fidelidad, y de ahí que se recurra a establecer comparaciones entre la conducta de los perros y los humanos. Y, con el uso del teléfono móvil, parece que hemos entrado en una etapa en la que el concepto de amistad se expande y mezcla como los gases, sin contornos claros y definidos. Cuando escuché decir a nuestra hija que algunas amistades se mosquean u ofenden (y ella misma) en el caso de no contestar con rapidez a los mensajes recibidos por WhatsApp, podría decirse que me quedé entre perplejo y alucinado.

¿No hay espacio para estar un rato a tu aire? ¿Debe uno permanecer atento y pegado al dispositivo mientras está despierto? ¿Dónde queda el respeto a la intimidad y libertad personal?

Da la sensación de estar interpretándose la vida como si fuera un videojuego, donde los personajes responden a las instrucciones y deseos de quien controla el mando. Con semejante dinámica de control y seguimiento exhaustivo, una herramienta tecnológica de tanta utilidad puede acabar convirtiéndose en un instrumento agobiante. Siendo seres sociables, también es saludable desconectar cuando el cuerpo y la mente lo piden y necesitan.— Alejandro Prieto Orviz.

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