Rechazo a la barbarie
Como profesor y desde el trabajo en el aula he considerado esencial construir una fotografía de las sociedades occidentales ante el islam a partir del desafortunado asesinato del joven policía Ahmed durante el asalto a la sede del semanario Charlie Hebdo. Porque dejando al margen la vertiente radical del problema del salafismo yihadista, el discurso del odio tiene muchas implicaciones en las sociedades europeas. Explicar a fondo qué ha podido llevar a unos jóvenes franceses de segunda generación a abrazar el salafismo pasa necesariamente por entender en qué punto se encuentra la integ...
Como profesor y desde el trabajo en el aula he considerado esencial construir una fotografía de las sociedades occidentales ante el islam a partir del desafortunado asesinato del joven policía Ahmed durante el asalto a la sede del semanario Charlie Hebdo. Porque dejando al margen la vertiente radical del problema del salafismo yihadista, el discurso del odio tiene muchas implicaciones en las sociedades europeas. Explicar a fondo qué ha podido llevar a unos jóvenes franceses de segunda generación a abrazar el salafismo pasa necesariamente por entender en qué punto se encuentra la integración de la población inmigrante en nuestro tejido social. Porque, si como respuesta a la barbarie reaccionamos con el rechazo, la exclusión y la persecución del islam y por extensión del diferente, estaremos claudicando ante los radicales.
Frente a esa gran mentira que usan los yihadistas para ejercer el terror se encuentran musulmanes como Ahmed que, junto con los musulmanes que conviven en paz entre nosotros, rechazan la barbarie. Ellos nos deben recordar que no sucumbir a la tentación de la exclusión y el odio es la mejor arma para que su gran mentira no se convierta en verdad. Para que la gran batalla en esta guerra no la ganen ellos, sino nosotros.— Alejandro Piñero González. El Puerto de Santa María, Cádiz.
En el salvaje atentado contra Charlie Hebdo en París del pasado 7 de enero, también falleció el economista Bernard Maris. De formación económica ortodoxa en Toulouse, y habiendo pasado por universidades americanas, era un keynesiano que consideraba que la economía está al servicio del hombre y que no es solo un pensamiento abstracto. Hay una economía crítica cada vez más necesaria. No olvidemos a Bernard Maris.— Ignacio Atorrasagasti. Madrid.