Nuevo Opel ADAM ROCKS, el original crossover con techo descapotable
Desde el techo retráctil de dos tonos hasta las llantas, todo en el ADAM ROCKS expresa energía y vitalidad
¿Qué es un plan perfecto? Para Quim Gutiérrez un plan perfecto es un día cualquiera de entre semana en el centro de Madrid. Implica cantar a todo trapo por encima de una playlist en la que no faltan Jay Z ni el gran Elvis. Estrenar zapatillas de un blanco reluciente. Dejarse rasurar por un barbero que sería “como los de antes” si no fuese por sus tattoos y su sudadera deluxe,. Desayunar té negro. Y zumo. Y tostadas con jamón. Y frutos rojos. Llegar a todo a tiempo. Y, sobre todo, no perderlo.
Cualquiera que viva en el centro, como Quim, sabe que la vida real casi nunca...
¿Qué es un plan perfecto? Para Quim Gutiérrez un plan perfecto es un día cualquiera de entre semana en el centro de Madrid. Implica cantar a todo trapo por encima de una playlist en la que no faltan Jay Z ni el gran Elvis. Estrenar zapatillas de un blanco reluciente. Dejarse rasurar por un barbero que sería “como los de antes” si no fuese por sus tattoos y su sudadera deluxe,. Desayunar té negro. Y zumo. Y tostadas con jamón. Y frutos rojos. Llegar a todo a tiempo. Y, sobre todo, no perderlo.
Cualquiera que viva en el centro, como Quim, sabe que la vida real casi nunca transcurre en fotogénicos paisajes sino en unos pocos kilómetros cuadrados. Pero qué kilómetros. Hay un coche cómplice para todo eso: el nuevo Opel ADAM ROCKS, un pequeño muy grande con motor de última generación pensado para la ciudad, el primer crossover urbano con techo retráctil que se despliega en sólo cinco segundos activando un botón situado en la parte delantera.
Cosas que se pueden hacer en un Opel ADAMS ROCK: aparcar sin manos gracias a su asistente de aparcamiento; esquivar a un ciclista, usando la alerta de ángulo muerto; contestar correos electrónicos, debido a la tecnología IntelliLink; usar tu smartphone, con el sistema Siri Eyes Free
Cosas que se pueden hacer al volante de un Opel ADAM ROCKS que le hacen a uno sentirse muy jefe: aparcar sin manos –sí, en serio– gracias su asistente de aparcamiento; esquivar a un ciclista, usando la alerta de ángulo muerto; contestar correos electrónicos, debido a la tecnología IntelliLink; ejecutar todo tipo de órdenes a través del smartphone, dictar y escuchar mensajes de texto sin perder la vista de la carretera activando el sistema Siri Eyes Free y, en general, moverse como el gran Muhammad Ali –vuela como una mariposa, pica como una abeja– por obra y gracia del sistema de conducción City Mode, que incorpora una dirección superasistida.
Pero, para qué engañarnos. Antes incluso de conducirlo, el Opel ADAM ROCKS ya entra por los ojos y es un reflejo de tu propio universo. Sus proporciones son musculosas, gracias a su chasis con elevación de 15 milímetros sobre el suelo. El color es personalizable hasta con 19 combinaciones distintas –el de Quim Gutiérrez es el Goldplay–. Poder escoger el color de las llantas, la tapicería y hasta el techo retráctil, que está disponible en negro y en marrón Sweet Coffee, te garantiza que difícilmente haya dos ADAM ROCKS iguales. Y la capota Swing Top aporta el detalle definitivo sin restar un ápice de funcionalidad, ya que el maletero mantiene la apertura de tres puertas y un amplio volumen de carga.
Podríamos decir que el ADAM ROCKS es atlético y robusto. Que es cosmopolita y condenadamente sexy. Podríamos decir muchas cosas, pero los hombres que tienen las cosas claras no necesitan explicarse con tantas palabras. Y el ADAM ROCKS tampoco.