Cartas al director

Los valores de Hollywood

El monopolio del cine de Hollywood ha definido nuestra educación audiovisual. Nos han acostumbrado a un tipo de películas que cumplen unos cánones establecidos a los que nos aferramos para valorar el arte del audiovisual. El problema de este método hollywoodiense es que desvaloramos cualquier otra película que no siga esos patrones. Escucho constantemente críticas tales como “era una película muy lenta”, “no tiene un hilo argumental claro” o “no entiendo el mensaje”. El problema es que el arte no tiene que tener reglas, tan valioso es un documental vanguardista como Baraka, de dos hor...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El monopolio del cine de Hollywood ha definido nuestra educación audiovisual. Nos han acostumbrado a un tipo de películas que cumplen unos cánones establecidos a los que nos aferramos para valorar el arte del audiovisual. El problema de este método hollywoodiense es que desvaloramos cualquier otra película que no siga esos patrones. Escucho constantemente críticas tales como “era una película muy lenta”, “no tiene un hilo argumental claro” o “no entiendo el mensaje”. El problema es que el arte no tiene que tener reglas, tan valioso es un documental vanguardista como Baraka, de dos horas constituidas a base de imágenes y sin voz en off, como El Padrino,un clásico de Hollywood.

Me cansa que se entienda la cultura cinematográfica bajo unos patrones establecidos que sólo dan lugar a la repetición de historias diferentes con estructuras iguales. La industria cinematográfica está en manos de un monstruo que decide crear basándose en las expectativas de un público, como si de publicidad se tratara. Pero el cine es el séptimo arte y debe entenderse como una forma de mostrar el alma de una persona al público, como cuando uno ve a un guitarrista tocando un solo con el corazón. Hemos banalizado las películas, y en la radio, del cine sólo suena música comercial. Pero no olvidemos que hay millones de directores independientes abriendo sus entrañas para nosotros, esperando mendigar un aplauso en una sala vacía de un cine de barrio.— Antonella Macchi López.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En