Fiscal general del Gobierno
El fiscal general del Estado ha dimitido y todo el mundo sabe cómo y por qué ha sido. No pudo soportar el enfrentamiento con el Gobierno que le nombró, ahora sabemos que no para que ejerciera su cargo con independencia sino para desarrollarlo con sujeción a las directrices que le marcaba el Ejecutivo.
Siempre se ha dicho que el fiscal general hacía lo que se le mandaba desde el Gobierno de turno, acusación que siempre negaban desde el poder. Pues bien, el cese vestido de dimisión de Eduardo Torres-Dulce, el último fiscal general, demuestra que tan pronto dejan de hacer lo que se les ma...
El fiscal general del Estado ha dimitido y todo el mundo sabe cómo y por qué ha sido. No pudo soportar el enfrentamiento con el Gobierno que le nombró, ahora sabemos que no para que ejerciera su cargo con independencia sino para desarrollarlo con sujeción a las directrices que le marcaba el Ejecutivo.
Siempre se ha dicho que el fiscal general hacía lo que se le mandaba desde el Gobierno de turno, acusación que siempre negaban desde el poder. Pues bien, el cese vestido de dimisión de Eduardo Torres-Dulce, el último fiscal general, demuestra que tan pronto dejan de hacer lo que se les manda salen despedidos. Así las cosas, ¿por qué no cambiar su nombre y llamarlo fiscal general del Gobierno? Al menos nadie se llamaría a engaño, ni el nombrado ni el que lo designa.— Gonzalo de Miguel Renedo.