Cartas al director

La corrupción en España

Se destapa un caso de corrupción y el ciudadano X es imputado. Si X es político o tiene que ver con un partido enseguida es arropado por el mismo y se pone en duda el procedimiento judicial. Se habla de persecución instigada por los adversarios políticos. El partido rival pide colaboración con la justicia y apoya al juez, cuando el imputado es de su partido la obstruye y se pone en duda la imparcialidad del magistrado.

Si las pruebas contra X son muy evidentes, su partido lo aparta aunque sigue arropándole bajo cuerda. En ocasiones resulta más práctico perseguir al juez instructor. Se ...

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Se destapa un caso de corrupción y el ciudadano X es imputado. Si X es político o tiene que ver con un partido enseguida es arropado por el mismo y se pone en duda el procedimiento judicial. Se habla de persecución instigada por los adversarios políticos. El partido rival pide colaboración con la justicia y apoya al juez, cuando el imputado es de su partido la obstruye y se pone en duda la imparcialidad del magistrado.

Si las pruebas contra X son muy evidentes, su partido lo aparta aunque sigue arropándole bajo cuerda. En ocasiones resulta más práctico perseguir al juez instructor. Se le acusa de prevaricación y sus colegas, afines al partido del imputado, le condenan y le apartan de la judicatura. Se procura dilatar el proceso al máximo para que la indignación ciudadana se diluya en el tiempo y el caso deje de ser de actualidad. Si finalmente, al cabo de los años, el imputado es condenado, se le indulta y se va a su casa a disfrutar de lo robado. Mientras tanto, Gobierno y oposición practican el “y tú más”, dicen que hay que tomar medidas y bla, bla, bla.— Javier Goicoechea Roso.

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