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Gastronotas de Capel
Por José Carlos Capel

Rutas de sidra

Hay que vivirlo en directo para saber hasta qué punto una bebida como la sidra puede dinamizar una ciudad entera. Pasadas las 21,30 entrábamos en Casa Fede, primer punto de recalada de nuestro recorrido. Tras el escanciado de rigor llegaron varios “culones” de sidra. Una botella para cuatro mientras disfrutábamos de una cazuelina de arroz con almejas. Todo el conjunto (cazuelina y botella) por 3,50 euros, más ajustado imposible. Repetimos la suerte y nos sirvieron un pulpo guisado con “patatines” con una nueva botella.

Gijón de Sidra pasa por armonizar guisos de la cocina casera tradicional asturiana con tragos de sidra. Lo sólido en dos versiones, cazuelinas a 3,50 y cazuelonas 4,50 euros. Si el ambiente en nuestra primera parada era de euforia y bullicio, en las calles adyacentes y en la plaza del Ayuntamiento más de lo mismo.

El domingo 19 concluirá esta convocatoria que comenzó el 10 de octubre y alcanza la mayor animación cada fin de semana. En nuestra siguiente recalada en El Centenario disfrutamos de una cazuelina de pixin amariscado. Como no había mesa nos improvisaron una con cajas de sidra al aire libre, la noche lo permitía. De allí salimos para subirnos en el Sidrobusde dos pisos que recorre Gijón los fines de semana y transporta gratuitamente de un barrio a otro a los disfrutones que no quieren problemas. Nos bajamos para recalar en El Andariegu, donde un escanciador oficiaba con arte detrás del “nomechisques” cilindro que protege del escanciado.

“Este año daremos los mismos premios que en 2013”, me comentó mi amigo Eufrasio Sánchez, crítico gastronómico asturiano que forma parte del jurado profesional y ha recorrido las 41 sidrerías participantes. “Se premiará el mejor escanciador, y a la sidra más “prestosa” (favorita de los clientes que votan “on line” a través de una sección abierta por el diario El Comercio). También habrá premio para la mejor sidrería, el mejor equipo de sidrería/llagar, la mejor cazuela y la mejor sidra, según la valoración de los expertos”. Casi nada, pensé para mis adentros. “Esperamos vender cerca de 120.000 botellas. El año pasado sobrepasamos las 100.000.”, me comentaba Iván de la Plata, organizador del evento en colaboración con el Ayuntamiento.

A lo largo de su recorrido, el sidrobús realiza nueve paradas cercanas a los locales participantes. Para orientarnos mejor desplegamos un sidromapa en el que aparecen reseñados todos los establecimientos. Enseguida nos dimos cuenta que comocada sidrería solo acoge la sidra de un llagar concreto, para probarlas todas es preciso recorrer la ruta completa. Imposible en nuestro caso. “Los campeones que lo consiguen y guardan los corchos, tienen derecho a participar en unMáster Sidraque se organizará una vezterminado el evento”, me comentaron. Concluimos nuestra travesíacon una vista rápida aEl Chaflán y despuésmás sosegada ala sidrería Uría. Miré el reloj y acabábamos de rebasar la media noche. Nos marchamos encantados mientras la fiesta proseguía. Excelente evento popular que incrementa la animación de la ciudad, dinamiza la hostelería, incentiva la venta de sidra, estimula su calidad y potencia platos de la sabrosa cocina tradicional asturiana. Sígueme en Twitter en@JCCapel

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