Los valores que debemos transmitir

Llegué a España hace más de 12 años. Vine por amor, para vivir con mi marido, que es español, y para construir una vida juntos. Tenemos dos hijos, me encuentro a gusto en España, en mi pueblo de poco más de 6.000 habitantes, muy lejos de la vida parisina que tenía, pero a gusto. Lo normal, echo de menos a mi familia y amigos, y los encantos de las calles de París, pero estoy muy contenta de vivir aquí salvo por algunas cositas como: leer los periódicos todos los días y comprobar que gente con traje y corbata no piensa en otra cosa que engañar a otros para ganar más dinero, usar tarjetas opacas...

Llegué a España hace más de 12 años. Vine por amor, para vivir con mi marido, que es español, y para construir una vida juntos. Tenemos dos hijos, me encuentro a gusto en España, en mi pueblo de poco más de 6.000 habitantes, muy lejos de la vida parisina que tenía, pero a gusto. Lo normal, echo de menos a mi familia y amigos, y los encantos de las calles de París, pero estoy muy contenta de vivir aquí salvo por algunas cositas como: leer los periódicos todos los días y comprobar que gente con traje y corbata no piensa en otra cosa que engañar a otros para ganar más dinero, usar tarjetas opacas con total naturalidad, decir mentiras y mantener el puesto, faltar al respeto a otras personas y seguir adelante, no estar capacitados para su trabajo pero seguir cobrando millones, y un largo etcétera.

Yo intento inculcar a mis hijos el respeto, las cosas bien hechas, lo importante que es la verdad y lo importante que es estudiar para poder encontrar un trabajo en el futuro.

Y la verdad, es que me pregunto si mis hijos me harán caso y seguirán adelante con mis valores, o si un día caerán en la misma tentación de esa gente con traje y corbata, supuestamente bien educada, que no piensa en otra cosa más que en el poder y el dinero.— Marie Maksud.