Hacia la libertad
Cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco decidí dar un paso al frente contra el terrorismo. Lo hice a través del activismo político, afiliándome al Partido Popular. La razón caminaba de nuestro lado, y si le unimos los tan mentados valores de mérito y libertad que dichas siglas pretenden arrebatar al mundo, se conjugaba un reclamo eficaz para un joven alejado entonces del determinismo social y más proclive a alcanzar un Valhalla ideológico. La realidad me muestra hoy un PP con todos sus tics clasistas y crematísticos.
Años más tarde colaboré con las víctimas, organizando eventos o como...
Cuando ETA asesinó a Miguel Ángel Blanco decidí dar un paso al frente contra el terrorismo. Lo hice a través del activismo político, afiliándome al Partido Popular. La razón caminaba de nuestro lado, y si le unimos los tan mentados valores de mérito y libertad que dichas siglas pretenden arrebatar al mundo, se conjugaba un reclamo eficaz para un joven alejado entonces del determinismo social y más proclive a alcanzar un Valhalla ideológico. La realidad me muestra hoy un PP con todos sus tics clasistas y crematísticos.
Años más tarde colaboré con las víctimas, organizando eventos o como apoyo logístico en sus manifestaciones, las mismas donde comprobamos que los verdaderos damnificados se ubicaban en el gallinero y las rutilantes vedettes del PP agitaban los votos.
Mi compromiso con las víctimas sigue siendo entrañable. Pero también lo es con las miríadas de cuerpos exhaustos gracias a las políticas desarrolladas por el PP. Hasta han cruzado el Rubicón del decoro con la artera homologación de ETA con Pablo Iglesias, Podemos y por extensión sus votantes, entre los que me hallo. Afortunadamente, la ponzoña ética de utilizar a las víctimas ya no tiene lugar. Espero que España pueda caminar por fin, en el buen sentido, hacia la libertad.— Juan Hernández Quintero. Exconcejal del PP en Getafe.