Cartas al director

La ignorancia y el atrevimiento

Tener un hijo con discapacidad no es el deseo que habría pedido a los Reyes Magos, pero hoy no lo cambio por nada en el mundo. Es de lo mejor que me ha pasado en la vida y me enseña a superar las dificultades que la vida nos pone por delante. Lucho constantemente para que su discapacidad no le limite las oportunidades. Si tuviera que aconsejar a alguien sobre la opción de tener un hijo con discapacidad, me limitaría a informarle y respetaría su decisión. Ser madre de una persona con discapacidad requiere mucha capacidad física, mental, emocional y económica. Estar dispuesta a dejar de vivir pa...

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Tener un hijo con discapacidad no es el deseo que habría pedido a los Reyes Magos, pero hoy no lo cambio por nada en el mundo. Es de lo mejor que me ha pasado en la vida y me enseña a superar las dificultades que la vida nos pone por delante. Lucho constantemente para que su discapacidad no le limite las oportunidades. Si tuviera que aconsejar a alguien sobre la opción de tener un hijo con discapacidad, me limitaría a informarle y respetaría su decisión. Ser madre de una persona con discapacidad requiere mucha capacidad física, mental, emocional y económica. Estar dispuesta a dejar de vivir para ti. Es un camino con muchas barreras en el que tendrás que tirar y empujar, caer y volver a levantarte y, lo más importante, vivirlo con alegría, sin desperdiciar ningún momento de disfrute con él. Si tu hijo percibe que es una carga, le generará infelicidad.

Entrarás a formar parte de un grupo de dificultad social. Tendrás que aprender a no pasar inadvertida.— María Eugenia Corraliza.

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