Cartas al director

Pinchos antivagabundos

En un barrio residencial de Londres, de los que se podría denominar “barrio rico”, han descubierto la forma de acabar con la mendicidad y los vagabundos. No, no han hecho ninguna colecta para ellos, ni les han preguntado qué les ocurre, cómo han llegado a esa situación tan solitaria, tan desprotegida, tan apartada del mundo. Tampoco les han provisto de trabajo, ni mucho menos les han proporcionado un lugar donde dormir. El cerebro humano trabaja duro, y la razón y la lógica en la que estamos convirtiendo el concepto “ser humano” ha dado como resultado la solución definitiva: pinchos en el suel...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En un barrio residencial de Londres, de los que se podría denominar “barrio rico”, han descubierto la forma de acabar con la mendicidad y los vagabundos. No, no han hecho ninguna colecta para ellos, ni les han preguntado qué les ocurre, cómo han llegado a esa situación tan solitaria, tan desprotegida, tan apartada del mundo. Tampoco les han provisto de trabajo, ni mucho menos les han proporcionado un lugar donde dormir. El cerebro humano trabaja duro, y la razón y la lógica en la que estamos convirtiendo el concepto “ser humano” ha dado como resultado la solución definitiva: pinchos en el suelo. Ea, así no se sienta ni se tumba nadie. Que se vayan a otro lado a molestar. Perdón, a descansar.— Eduardo Parody Durio.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En