Cartas al director

Psicodrama socialista

España va mal, el PSOE va mal. El PSOE va mal, España va mal. El partido que más años ha gobernado en democracia está en horas bajas. Los problemas que acusa España (tensiones territoriales, descontento social y ahora también cuestionamiento creciente de la Monarquía) son los que desgarran al partido de los socialistas. Los debates se suceden confusos y precipitados. El “aparato” ya no resiste y dimite en cascada, sin que por ello aflore un mayor o mejor discurso de fondo. El baile de nombres es incesante. El deshojar de la flor, eterno e insoportable. La vieja guardia es cada vez menos guardi...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

España va mal, el PSOE va mal. El PSOE va mal, España va mal. El partido que más años ha gobernado en democracia está en horas bajas. Los problemas que acusa España (tensiones territoriales, descontento social y ahora también cuestionamiento creciente de la Monarquía) son los que desgarran al partido de los socialistas. Los debates se suceden confusos y precipitados. El “aparato” ya no resiste y dimite en cascada, sin que por ello aflore un mayor o mejor discurso de fondo. El baile de nombres es incesante. El deshojar de la flor, eterno e insoportable. La vieja guardia es cada vez menos guardia y más vieja. Y el socialismo frívolo de Zapatero parece haber dejado más platos rotos aún.

Necesitamos un partido serio y convincente, consciente y orgulloso de sus logros y conquistas compartidos con la sociedad, que no son pocos. Un partido en el que los líderes representen, como mínimo, una corriente de pensamiento. Un partido donde debatir sea señal de buena salud y fortaleza, y no de debilidad y división. Un partido centrado y moderado. Un partido de centro y de izquierdas a la vez. No es incompatible, es posible y, además, es la mejor opción. Un partido 100% demócrata y socialista. Socialdemócrata. Izquierda de Gobierno. De la que construye realmente el Estado de bienestar, día a día, y lo defiende con uñas y dientes. Izquierda que hace de los valores republicanos una ética política y no una reivindicación formalista. Echo de menos un partido socialista orgulloso de serlo.— Pablo García Astrain.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En