Renzi debe mostrar su valía

 (...) A los 39 años, Matteo Renzi es el primer ministro más joven que ha tenido nunca Italia. (...) Esto es una revolución en una península en la que el presidente, Giorgio Napolitano, tiene 88 años y donde no se puede optar a un escaño en el Senado antes de los 40.

(...) Renzi debe ahora demostrar su valía. No tiene experiencia parlamentaria o gubernamental y ya ha debido hacer algunas concesiones al conservadurismo para formar Gobierno. Con 16 ministros, la paridad y una edad media de 47 años, sin duda es capaz de formar un equipo unido y rejuvenecido. Pero a costa de tener que conta...

 (...) A los 39 años, Matteo Renzi es el primer ministro más joven que ha tenido nunca Italia. (...) Esto es una revolución en una península en la que el presidente, Giorgio Napolitano, tiene 88 años y donde no se puede optar a un escaño en el Senado antes de los 40.

(...) Renzi debe ahora demostrar su valía. No tiene experiencia parlamentaria o gubernamental y ya ha debido hacer algunas concesiones al conservadurismo para formar Gobierno. Con 16 ministros, la paridad y una edad media de 47 años, sin duda es capaz de formar un equipo unido y rejuvenecido. Pero a costa de tener que contar con algunas personalidades que apoyaron a Silvio Berlusconi, como el ministro del Interior, Angelino Alfano, para preservar su mayoría en el Senado.

Fiel a su imagen, Renzi quiere ir rápido. En su discurso de investidura del 24 de febrero presentó una agenda muy apretada de reformas, con el objetivo de sentar las bases, el 1 de julio, de un sistema político renovado y de grandes reformas de la fiscalidad, la Administración y la justicia. Europeísta convencido, no quiere una Italia a la cola de Europa que lloriquee todo el día. Quiere que Italia sea “un lugar de oportunidades”.

Es un mensaje que sin duda va a levantar el corazón de los italianos agobiados por la crisis de la deuda. (...) Pero Renzi debe desconfiar de las expectativas que suscita su retórica y tomar medidas concretas de las que, hasta el momento, carece. De lo contrario, podría convertirse en una nueva estrella fugaz en el firmamento político italiano.

París, 1 de marzo de 2014