Demagogia peligrosa

Desde que se descubrió que el ser humano está más predispuesto a escuchar lo que quiere oír que lo contrario, la demagogia es parte de la forma de hacer política de los que gobiernan o aspiran a ello. A todos nos suena eso de “bajar los impuestos”, “mejorar el nivel de vida” o “lograr el pleno empleo” ya que estas promesas las han hecho todos los gobiernos. Sin embargo, esta demagogia “tradicional” puede ser peligrosa cuando se utiliza en casos como el de Ceuta, en el que se enfrenta lo “justo” a lo “legal” y en el que han muerto 15 personas.

Es indudable que todos tenemos derecho a int...

Desde que se descubrió que el ser humano está más predispuesto a escuchar lo que quiere oír que lo contrario, la demagogia es parte de la forma de hacer política de los que gobiernan o aspiran a ello. A todos nos suena eso de “bajar los impuestos”, “mejorar el nivel de vida” o “lograr el pleno empleo” ya que estas promesas las han hecho todos los gobiernos. Sin embargo, esta demagogia “tradicional” puede ser peligrosa cuando se utiliza en casos como el de Ceuta, en el que se enfrenta lo “justo” a lo “legal” y en el que han muerto 15 personas.

Es indudable que todos tenemos derecho a intentar mejorar nuestras condiciones de vida; sin embargo, no todo vale para satisfacer este justo deseo. Hay que hacerlo siguiendo las normas legales establecidas. Lo que ha hecho la Guardia Civil en Ceuta ha sido simplemente lo que es la razón de ser de su existencia: cumplir y hacer cumplir la ley.

Cuando se usa la demagogia para enfrentar lo justo a lo legal se está incurriendo en un juego muy peligroso. La diferencia entre uno y otro es que tan sólo lo legal es lo posible. Nadie puede hacer algo fuera de la ley para conseguir algo por muy justo que sea. Lo correcto en caso de discrepancia es tratar de ajustar lo legal a lo justo, pero desgraciadamente nadie parece intentarlo en serio.— Tomás Díez.