Cartas al director

Matonismo 'sin fronteras'

He leído el editorial del pasado día 13 con el nombre de Matonismo, basado en la impresentable intervención en el Parlament de Catalunya del diputado David Fernández, perteneciente al partido CUP, en la comisión de investigación sobre Bankia y en la comparecencia de su expresidente Rodrigo Rato. En este editorial se denuncia el estilo bravucón y chulesco del diputado catalán

Pues bien, quiero comentarle que, efectivamente, este tipo de conductas no tiene fronteras. David Fernández no es más que un alumno aventajado de las prácticas del profesor y diputado en el Parlame...

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He leído el editorial del pasado día 13 con el nombre de Matonismo, basado en la impresentable intervención en el Parlament de Catalunya del diputado David Fernández, perteneciente al partido CUP, en la comisión de investigación sobre Bankia y en la comparecencia de su expresidente Rodrigo Rato. En este editorial se denuncia el estilo bravucón y chulesco del diputado catalán

Pues bien, quiero comentarle que, efectivamente, este tipo de conductas no tiene fronteras. David Fernández no es más que un alumno aventajado de las prácticas del profesor y diputado en el Parlamento de Galicia Xosé Manuel Beiras, portavoz de AGE (Alternativa Galega de Esquerda) y líder de Anova Irmandade Nacionalista. Ambos diputados, lejanos geográficamente, están muy próximos en su estilo; saben que los medios de difusión y el silencio de los otros partidos les van a otorgar propaganda y share entre los adictos a este tipo de conductas. Confunden el Parlamento con el plató de un programa de telebasura. Aquí en Galicia ya hemos presenciado varios episodios de este tipo, el más vergonzoso cuando Beiras en modo amenazante se acercó al presidente de la Xunta el pasado mes de abril en el Parlamento gallego, llegando a golpear el escaño de este.

Por eso, creo que pueden volverse a repetir estos lamentables comportamientos si los partidos mayoritarios no se los toman en serio en vez de silenciarlos. Creo que tampoco nos lo merecemos, aunque los hayamos votado.— José Luis Mariño Rodríguez.

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