Cartas al director

Una semana sin WhatsApp

Se me ha estropeado el móvil y he recuperado uno de esos “trastos” que utilizábamos hace cuatro días sin opción a conectarnos a Internet. Esto quiere decir que no tengo WhatsApp.

A primera vista no me pareció muy grave, pero la frase más repetida de la semana ha sido “ah, claro, tú no lo sabes porque no te funciona el WhatsApp”, como si las noticias ya no se pudieran explicar en persona.

Ayer subí al bus y no vi que también había una amiga mía. Cuando me di cuenta, seis paradas más tarde, y le pregunté por qué no me había dicho nada, su respuesta fue “te he enviado un ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Se me ha estropeado el móvil y he recuperado uno de esos “trastos” que utilizábamos hace cuatro días sin opción a conectarnos a Internet. Esto quiere decir que no tengo WhatsApp.

A primera vista no me pareció muy grave, pero la frase más repetida de la semana ha sido “ah, claro, tú no lo sabes porque no te funciona el WhatsApp”, como si las noticias ya no se pudieran explicar en persona.

Ayer subí al bus y no vi que también había una amiga mía. Cuando me di cuenta, seis paradas más tarde, y le pregunté por qué no me había dicho nada, su respuesta fue “te he enviado un whatsapp”.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Como esta, 50 anécdotas similares en lo que va de semana, porque se presupone que hoy en día todo el mundo está conectado.

Pero, y si no lo estuviéramos, ¿qué? De acuerdo que el WhatsApp es útil, pero hemos llegado a un punto en que “la utilidad” raya la obsesión. Comunicarnos es mucho más barato gracias a estas aplicaciones, pero ¿a qué precio?— Laia Jiménez Riba.

Archivado En