El problema está en la base
Soy médico, especialista, llevo más de cinco años firmando contratos temporales ininterrumpidamente, algunos de ellos de un mes, también en estos años de bonanza económica. Si mi empresa fuese privada, ya habría algún inspector de trabajo abriendo expedientes hace tiempo. Soy afortunado, pues tengo un trabajo que me gusta y en comparación con la situación que viven otros compañeros parados o con contratos más precarios, mis quejas son difícil de justificar.
Me enfrento, aún sin fecha, a la primera oposición en la que seriamente tengo opciones de conseguir una plaza “fija” y he tenido un...
Soy médico, especialista, llevo más de cinco años firmando contratos temporales ininterrumpidamente, algunos de ellos de un mes, también en estos años de bonanza económica. Si mi empresa fuese privada, ya habría algún inspector de trabajo abriendo expedientes hace tiempo. Soy afortunado, pues tengo un trabajo que me gusta y en comparación con la situación que viven otros compañeros parados o con contratos más precarios, mis quejas son difícil de justificar.
Me enfrento, aún sin fecha, a la primera oposición en la que seriamente tengo opciones de conseguir una plaza “fija” y he tenido uno de mis primeros contactos con la “gestión clínica”.
El modelo más aceptado actualmente se basa en uno desarrollado en Inglaterra hace ya años en el que se busca una asistencia de calidad basada en la creación de equipos motivados y capaces de gestionar adecuadamente los procesos... y toda una palabrería que me irrita solo de oírla. Pero los señores gestores deberían de saber que no sabemos si el mes que viene cobraremos. ¿De qué “motivación”, “eficacia” y “procesos” nos hablan?
Lo primero es que le gente se sienta segura y recompensada por el duro trabajo que hace y luego ya hablaremos de modelos de gestión.— Jacobo Casalduero Viu.