Estimular la compra
El partido conservador británico y a la cabeza el primer ministro, David Cameron, lanza un programa de ayuda a la compra de viviendas. La iniciativa gubernamental se basa en dar un impulso a la compra de viviendas en Reino Unido y en fomentar la concesión del 85% de la cuantía de las hipotecas a cambio de garantías entregadas a los bancos por el Gobierno, el cual a su vez se hará cargo del 15% restante.
Por descontado que su evolución será seguida atentamente por el Banco de Inglaterra para evitar la aparición de una nueva burbuja inmobiliaria, dado el aumento que este movimiento produc...
El partido conservador británico y a la cabeza el primer ministro, David Cameron, lanza un programa de ayuda a la compra de viviendas. La iniciativa gubernamental se basa en dar un impulso a la compra de viviendas en Reino Unido y en fomentar la concesión del 85% de la cuantía de las hipotecas a cambio de garantías entregadas a los bancos por el Gobierno, el cual a su vez se hará cargo del 15% restante.
Por descontado que su evolución será seguida atentamente por el Banco de Inglaterra para evitar la aparición de una nueva burbuja inmobiliaria, dado el aumento que este movimiento producirá en la concesión de hipotecas y del precio de los hogares.
Sinceramente, he de reconocer que es una idea imaginativa y que pronto se verán los resultados, que pintan ser prometedores. Esto beneficia al que quiere vender y al que quiere comprar. Todo al revés de lo que hacemos en España. Aquí se crea el banco malo, Sareb, y todos los inmuebles que tiene la banca se los endosan a esta entidad, con descuentos importantes. ¿Qué hace luego el Sareb? Busca fondos buitre, que no son precisamente las hermanas de la caridad, y siguen haciendo descuentos impresionantes, y hacen lotes para que a estos fondos, les salgan precios reventados por cada piso. Y ya no me meto en la cantidad de dinero aportado por Europa a nuestros bancos, con la garantía de todos los españoles, cantidades que no vamos a recuperar en la vida.
Aprendamos de otros Gobiernos, que por lo menos mueven ficha y no se amparan en encogerse de hombros y verlas venir. Así no se arreglan las cosas.— José A. Casanovas.