Valérie Trierweiler, borrón y cuenta nueva

La primera dama de Francia pide disculpas por sus meteduras de pata y protagoniza una gran ofensiva mediática para mejorar su imagen

Valérie Trierweiler, el pasado 28 de agosto.AFP

Con el reinicio del curso político, la primera dama francesa, Valérie Trierweiler, ha decidido culminar su cambio de imagen con una gran ofensiva mediática, abriendo las puertas del Elíseo a las cámaras de televisión. Para acompañar su nueva imagen, ha abierto otra cuenta Twitter mucho más institucional que su cuenta personal, asociada al polémico tuit de apoyo a un tránsfuga socialista que marcó, para mal, su llegada al Elíseo. Sobre todo, el cambio entablado desde hace meses parece surtir efectos: cuando ...

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Con el reinicio del curso político, la primera dama francesa, Valérie Trierweiler, ha decidido culminar su cambio de imagen con una gran ofensiva mediática, abriendo las puertas del Elíseo a las cámaras de televisión. Para acompañar su nueva imagen, ha abierto otra cuenta Twitter mucho más institucional que su cuenta personal, asociada al polémico tuit de apoyo a un tránsfuga socialista que marcó, para mal, su llegada al Elíseo. Sobre todo, el cambio entablado desde hace meses parece surtir efectos: cuando en estas fechas del año pasado, la compañera sentimental del presidente François Hollande era noticia por la gran cantidad de libros poco halagadores que se publicaban sobre su persona, ahora lo es por su compromiso humanitario y se nueva interpretación de su papel de primera dama.

“La gente no me conoce, y sin duda es mi culpa porque no he dado las claves para que se me conozca”, explica Trierweiler en uno de los dos programas dedicados el fin de semana pasado a la inquilina del Elíseo en la televisión privada M6. “Pero luego la gente me ve y se da cuenta que soy normal, por retomar una palabra a la moda”, añade, en referencia al apelativo reivindicado por el presidente Hollande. “No soy para nada la persona distante que se ha imaginado… ese no era retrato adecuado”, concluye, sentada en la arena de una playa de Normandía, mientras firma autógrafos en las gorras de los pequeños que se le acercan.

Las imágenes se grabaron durante un viaje a las playas de Cabourg de finales de agosto organizado por el Socorro Popular francés, en el que acompañó a unos 5.000 niños de zonas desfavorecidas de la capital francesa cuyas familias no pueden permitirse llevar de vacaciones a la playa. La fotografía del verano pasado, de Trierweiler en bikini dándose un baño en la costa azul por la que la interesada demandó y ganó a las publicaciones que la mostraron, deja así paso a la de la primera dama sonriente, rodeada de niños. Y la imagen que se desprende pasa así de un mujer fría, colérica y algo egoísta, a generosa, entregada y algo incomprendida.

En el mismo reportaje emitido el fin de semana pasado, acompañado por una entrevista en plató de la primera dama, Trierweiler abre las puertas del Elíseo a las cámaras y hace de perfecta anfitriona. Al mostrar el despacho que utilizó en su día su predecesora, Carla Bruni, confiesa que el día del traspaso de poderes, ésta le dio unos sabios consejos. “Me avisó sobre el poder, sobre la diferencia entre los verdaderos amigos y los otros, los cortesanos, sobre la dificultad de los ataques permanentes”, relata. “Todo lo que me dijo en aquel momento ha probado ser verdad”, concluye con una sonrisa irónica. Explica también que no se adentra a la parte del presidente, de la que se encuentra separada por una suerte de “Muro de Berlín”, aunque él se permite alguna que otra visita a la conocida como “ala Madame”.

A principios de mes, se puso también en marcha la nueva cuenta oficial en Twitter, @infosvaltrier que de momento se ha limitado en anunciar la agenda mediática de la primera dama. “Habíamos empezado de forma artesanal con mi cuenta personal, nos vamos profesionalizando pero somos el mismo equipo”, señalaba Trierweiler, que cuenta con un gabinete con cinco colaboradores, en la entrevista televisiva sobre este tema, dejando claro que el cambio no había costado dinero. Su cuenta personal sigue de momento en activo, aunque hace tiempo que se dedica también sobre todo a tuitear asuntos humanitarios.

Sobre este compromiso, Trierweiler asegura querer centrarse en los derechos de los niños y en los de las mujeres pero no contempla de momento crear ninguna Fundación. “No tengo la idea fija de dejar mi nombre a una Fundación. Es muy complicado, puede haber problemas de financiación. Y existen ya fundaciones muy bonitas con las que puedo colaborar”, añade. Entre sus compromisos más inmediatos, Trierweiler dará un discurso a finales de mes sobre el drama de las mujeres violadas en República Democrática del Congo.

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