Otros arquitectos: mundo crochet
La arquitecta madrileña Cristina Martín Más (1970) cree que la arquitectura puede estar en todas las escalas, puede realizarse con casi todos los materiales y a partir de casi todas las técnicas. Ella ganó premios de escenografía y fotografía antes de montar el estudio Veidimanna Protum en el barrio de las letras de Madrid. Tras realizer algunos proyectos retomó una afición que le habían inculcado su madre y su abuela por el ganchillo y abrió un nuevo negocio, no mucho más lucrativo, pero sí b...
La arquitecta madrileña Cristina Martín Más (1970) cree que la arquitectura puede estar en todas las escalas, puede realizarse con casi todos los materiales y a partir de casi todas las técnicas. Ella ganó premios de escenografía y fotografía antes de montar el estudio Veidimanna Protum en el barrio de las letras de Madrid. Tras realizer algunos proyectos retomó una afición que le habían inculcado su madre y su abuela por el ganchillo y abrió un nuevo negocio, no mucho más lucrativo, pero sí bastante divertido. Hoy vende gorros, bolsos, trajes y juguetes hechos a mano y organiza talleres de ganchillo y amigurumi.
¿Por qué estudió arquitectura? Desde pequeña lo tuve clarísimo, siempre me llamaron la atención los dibujos de arquitecto, en especial las plantas de los edificios. El primer arquitecto que conocí a los doce años fue Alvar Aalto, me fascinó.
¿Qué esperaba de los estudios? Aprender el oficio de arquitecto para poder construir edificios.
¿Qué ha sido lo más sobresaliente de su formación: lo que más le ha servido o alumbrado? La vision humanística de todos los aspectos de la vida, no sólo de la profesión.
¿Cuándo y por qué optó por una dedicación profesional atípica? Siempre ha hecho ganchillo. Me enseñço mi abuela de pequeña. No veo la diferencia entre hacer una maqueta de un proyecto de arquitetura o una pieza de amigurumi, un gorro de lana o un tocado.
¿Cómo valora económica, personal e incluso socialmente esa decisión? Económicamente no es que sea muy rentable, porque la artesanía en España no está muy valorada. Personalmente me divierte muchísimo y socialmente veo que hago feliz a la gente, como con la arquitectura.
¿Tienen los arquitectos miedo de romper la endogamia y el círculo social e intelectual en el que viven? Es cierto que los arquitectos nos movemos normalmente entre arquitectos, pero en mi caso tengo amigos de diferentes condiciones como periodistas, fotógrafos, músicos, artistas, ingenieros, carpinteros, microbiólogos… y artistas, por supuesto.
¿Qué le hizo ver que había otras posibilidades? Todo empezó como un hobbie. Como producía tanto empecé a ir a mercadillos y ferias de artesanos y diseño independiente, a vender on line y en tiendas donde dejo las piezas en depósito. Recientemente hemos celebrado la primera edición de nuestro propio VP market los primeros viernes y sábados de cada mes, donde nos hemos juntado varios amigos y ofrecemos una selección de Arquitectura, Fotografía, Arts & Crafts y Vintage en el estudio de Arquitectura de Veidimanna Protum arquitectos, en la calle Amor de Dios 4 de Madrid.
¿Tenía o tiene ejemplos o modelos? Como he vivido durante tres años en Copenhague me influyó mucho la atmósfera escandinava. Me encantan la modista Susanne Juul de Copenhague y la artista Joana Vasconcelos de Portugal.
¿Qué puede hacer la arquitectura por la sociedad más allá de los planos? Proyectar y construir de una manera sostenible, fijándose en el saber hacer de la arquitectura vernácula e histórica (desde Summer hasta nuestros días) y en los grandes maestros y aplicando las nuevas tecnologías.
¿Qué consejos daría a un joven estudiante de arquitectura? Le diría que el oficio de arquitecto es fascinante y que se comiera el mundo, empapándose de conocimiento desde todos los flancos posibles.